lunes, 21 de agosto de 2017

"Bolardo", una palabra tristemente de moda


En estos días tan duros, después de los terribles atentados de Barcelona y Cambrils, una palabra que oímos con frecuencia es "bolardo": hay que poner "bolardos" por aquí, hay que ponerlos por allá.

¿Y qué son los bolardos? Pues sencillamente, según la Wikipedia, son "los postes de pequeña altura, fabricados en piedra o en metal, ya sea aluminio fundido, acero inoxidable o hierro, que se anclan al suelo para impedir el paso o el aparcamiento a los vehículos".

Hasta ahora, formaban parte del mobiliario urbano y se usaban principalmente en hileras para evitar que los vehículos aparcaran en el espacio público en las aceras, o para que no penetraran en una zona peatonal. También había comercios que los instalaban ante sus escaparates debido al peligro de robo por "alunizaje".


Pero como la barbarie humana para ir en aumento, ahora son también los bloques de hormigón dispuestos en las zonas peatonales para evitar la entrada de vehículos a toda velocidad con intenciones terroristas.

Hasta ahora, existían algunos tipos de bolardos según su uso:

Fijos: empotrados directamente en el suelo.

Extraíbles: de quita y pon, para abrir o cerrar paso en determinadas zonas urbanas.


Retráctiles: Pueden ocultarse en el suelo mediante un mecanismo hidráulico y permitir así el acceso a la vía. Se usan por ejemplo para permitir el paso de taxis, autobuses y vehículos autorizados a determinadas zonas.

Antialunizaje: Especialmente diseñados para la protección de locales.

Iluminados: para facilitar su visibilización nocturna.

Vegetales: de intención ornamental, además de impedir el paso.


Ahora abría que añadir una nueva categoría: Antiterroristas: diseñados especialmente para evitar acciones de terror.


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