martes, 30 de agosto de 2011

Cartas al director

Las cartas al director son un recurso que tenemos a nuestro alcance para manifestar nuestra opinión ante un suceso o un estado de cosas. Es conveniente escribir cartas al director para protestar, felicitar, proponer, criticar... Desde aquí os animamos a que escribáis cartas al director con cierta frecuencia, exponiendo vuestros puntos de vista. Además, ahora es muy fácil hacerlo porque los diarios suelen tener una versión electrónica y en ella siempre hay un enlace para enviar cartas por correo electrónico, formulario web, etcétera.

Os dejo aquí la última carta que he enviado, sobre el tema de la "Reforma constitucional exprés" que han perpetrado los dos grandes partidos de nuestro país.

REFORMA CONSTITUCIONAL


"El primer ministro y sus amigos han desarrollado una nueva definición de socialismo, que incluye penalizar a los más pobres, capitular ante los banqueros, atentar contra los servicios sociales, marginar a la gente de color y aplaudir el imperialismo manifiesto. Cuando un Gobierno hace del oportunismo el sello distintivo de cada una de sus acciones, es el deber de todos los socialistas gritar «¡Alto!» y contribuir a crear una alternativa basada en principios socialistas".


Empiezo con unas palabras pronunciadas por Bertrand Russell en 1968, en la universidad de Nottingham, porque creo que, a pesar del tiempo transcurrido, tienen mucho que ver con la situación actual: la reforma exprés que quiere endosarnos el Gobierno Zapatero. 


Y termino con una propuesta de nueva redacción del artículo 1.2. de la Constitución Española, adaptada a lo que el Presidente del Gobierno nos propone:


"1.2. La soberanía nacional reside en los deseos de la señora Ángela Merkel, de la que emanan los poderes del Estado."


Desde aquí os animamos a expresar vuestra opinión, la democracia auténtica necesita que todos los ciudadanos opinemos. Escribid, movilizaos, ¡indignaos!

lunes, 29 de agosto de 2011

Citas para pensar

He aquí algunas citas interesantes. Para pensar
  • “Hay dos cosas infinitas, el Universo y la estupidez humana”. Einstein
  • “La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa”. Einstein.
  • "Las grandes revoluciones que triunfan hacen desaparecer las causas que las produjeron, y en consecuencia su mismo éxito las vuelve incomprensibles para las nuevas generaciones", Alexis de Tocqueville.
  • “Sólo sé que no se nada”. Sócrates.
  • "La utopía es la verdad de mañana", Víctor Hugo.
  • "Las utopías no son más que verdades prematuras", Lamartine.
  • “Cada vez que enciendo la televisión me entran ganas de leer un libro”. Groucho Marx
  • “Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos.”  Nicolás Maquiavelo.
  • "Atrévete a andar por caminos que nadie ha recorrido, atrévete a pensar ideas que nadie ha pensado", pintada en los muros del teatro Odeón, de París. Mayo del 68.
  • “Los amigos son como los taxis, cuando hay mal tiempo escasean”. Anónimo.
  • “Me lamentaba de no tener mejores zapatos hasta que vi a un hombre que no tenía pies”
  • "Quien se enfada por las críticas, reconoce que las tenía merecidas.”
  • “Quien teme preguntar, le avergüenza aprender.”
Bueno, otro día más, avempacianos.

domingo, 28 de agosto de 2011

Cristianos... de fútbol

Veo en el Heraldo del domingo, 28 de agosto de 2011, una foto sobre lo que significa hoy ser "cristiano"... futbolero.



Bueno, la chica de la foto ha aprovechado al menos las clases de literatura del instituto y parece que le suena algún pasaje de la Celestina (¿Os acordáis? Aquello de "Yo Melibeo soy, a Melibea adoro...")Menos da una piedra. También ella tiene derecho a manifestar su fe "cristiana": la que ella, y otros miles de jóvenes, tienen. Podríamos decir que es la otra jota-eme-jotaJornada Mundial de la Juventud. Y también tiene que ver con Madrid. Y con la adoración al blanco. Y a los símbolos de la fe. A los iconos.

A mí el juego de palabras de la mushasha me recordó un chiste reciente, en el que un cura le pregunta a un niño:

--Pero a ver, hijo... ¿tú no quieres ser cristiano?
Y el chaval, candorosillo él, le responde:
--Buenooo, si no puedo ser Messi...

El fútbol es actualmente, a pesar de la crisis económica y todo eso, un fenómeno de dimensiones estratosféricas. Impregna toda nuestra cultura, incluso cambia el significado de las palabras ("ser cristiano" ya no es lo que era). Es la nueva fe de los desheredados de la tierra: Todos podemos ser "cristianos". El fútbol nos redime. El fútbol nos salva, nos saca de la clase media o baja, nos convierte en el amor de la afición. Podemos ser MESSIas, profetas en nuestra tierra.

Pero, claro, también hay que creer. Y pagar (la cuota de socio: Un donativo, hermanos, para las buenas obras de Nuestro Santísimo Padre el Presi. Pro fichajes del mercado de invierno, ora pro nobis). Y acudir todos los domingos a misa (bueno, cada dos domingos, cuando se juega en casa). Y cantar a coro el himno de Tu Gloria, Oh, Barça, Baaaarça en el cielo... Y vivir los éxtasis gozosos (Quedeme y olvideme, el rostro recliné sobre el amado... Gooool) y los misterios dolorosos (¡Ay, Zaragoceta, / si no te espabilas / te veo en la cuneta!).

Cada época tiene sus cultos. Y sus catedrales (por supuesto, pagadas con los donativos de los fieles: Qué deseaba, Un estadiete nuevo, Vale. Son cincuenta mil). Que empiece la ceremonia. Viva la depuración, aúpa la catarsis. En el círculo mágico de la fe nos olvidamos de quiénes somos, salimos de nuestra cotidianeidad. Comulgamos. Somos otros con los otros. El símbolo esférico nos transporta a otra dimensión más espiritual. San Pelé, san Maradona, san Iker, rogad por nosotros.

En el siglo XIX fue Karl Marx el que dijo aquello de que "La religión es el opio del pueblo". Si viviera hoy, igual decía algo del fútbol, ¿no?

viernes, 26 de agosto de 2011

Noam Chomsky y el patriotismo

En esta entrada continuamos la anterior, en la que hablábamos de las ideas del filósofo y lingüista Chomsky sobre la educación. Ahora hablaremos concretamente de la educación patriótica, de cómo nos enseñan desde jóvenes quiénes son los nuestros, a quiénes tenemos que aclamar y a quiénes abuchear independientemente de cómo lo hagan.


Cuando acudió al instituto de secundaria, Noam Chomsky se sentía muy unido al equipo de fútbol americano. De mayor reflexionó sobre este sentimiento, que convertía lo deportivo en colectivo y archiimportante para toda la colectividad:
«Recuerdo perfectamente que en aquella época de repente me hice esta extraña pregunta: "¿Por qué animo a mi equipo de fútbol? No conozco a ninguna de estas personas. Ellas no me conocen a mí. No me importan. Odio el instituto. ¿Por qué animo al equipo de fútbol?". Bueno, esto es lo típico que uno hace sin más, que a uno le enseñan a hacer. Está arraigado en nosotros. Y de aquí se pasa al jingoísmo, a la subordinación y demás»
Desde jóvenes, nos enseñan quiénes son los nuestros, aunque no los conozcamos. También nos dicen qué es lo importante, aunque a nosotros no nos lo parezca. De la misma manera, nos muestran quiénes son los otros, los enemigos. A los nuestros hay que defenderlos siempre, a los otros hay que atacarlos sin piedad, sin sentir el más mínimo remordimiento. ¿Es así como debe funcionar una "buena sociedad"?, se pregunta Chomsky.




Esta explicación la aplica Chomsky a la conciencia americana tras haber lanzado las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki en Japón, durante la Segunda Guerra Mundial. Los americanos acogieron la decisión presidencial con júbilo. Aún hoy los historiadores oficialistas siguen justificando la acción con la idea de que con una matanza masiva de civiles inocentes probablemente se evitó otra mayor. También justifican los bombardeos de las tropas aliadas que redujeron a ruinas las ciudades alemanas y masacraron a la población civil, como el de Dresde,  aunque critiquen duramente los bombardeos realizados desde el lado contrario, el bando nazi, como el que sufrió la población vasca de Guernica, criminal sin duda, pero inferior en intensidad y número de bajas al que soportó la ciudad alemana citada.



Otro ejemplo: Chomsky compara la aceptación de Einstein y Bertrand Russell en Estados Unidos y observa que el trato dado a uno (más oficialista) y otro (discrepante) es muy diferente:

"Comparemos a Russell y a Einstein, dos figuras prominentes, que pertenecen más o menos a la misma generación. Estaban de acuerdo en los graves peligros que acechaban a la humanidad, pero eligieron maneras diferentes de reaccionar ante ellos. Einstein lo hizo llevando una vida muy cómoda en Princeton y dedi­cándose a lo que más le gustaba, la investigación, y tomándose el tiempo de vez en cuando de pronunciar alguna declaración con carácter de oráculo. La reacción de Russell consistió en liderar manifestaciones y conseguir que la policía se lo llevara a rastras más de una vez, escribir en extenso sobre los problemas del mo­mento, organizar juicios contra criminales de guerra, etc. ¿Y cuál fue el resulta­do? Russell fue y es vilipendiado y condenado, mientras que a Einstein se lo admi­ra como a un santo. ¿Debería eso acaso sorprendernos? En absoluto. (31 de marzo de 1995)"
Pues eso: que siempre hay que animar al equipo. ¡Y que se chinchen los malos!

Noam Chomsky y la educación


Noam Chomsky (macido en 1928 en Filadelfia, Estados Unidos), el famoso lingüista y filósofo, es también célebre por sus opiniones políticas discrepantes. A lo largo de cincuenta años, ha escrito mucho en contra del imperialismo americano, del capitalismo, del sionismo israelí (a pesar de ser él mismo judío), del autoritarismo de corte estalinista... Esto le ha granjeado admiradores sin duda, pero también poderosos y feroces enemigos que han intentado aminorar la influencia de una voz tan genuinamente libre.

Sus padres eran maestros y gentes de izquierdas. De niño, Chomsky estuvo muy conectado a los círculos judíos progresistas y acudió a la Oak Lane Country Day School, de Filadelfia, una escuela hebrea de corte deweyano, es decir, inspirada en el ideario democrático del gran filósofo americano John Dewey, que consideraba la libertad de pensamiento y la creatividad del niño como ejes de la acción educativa. Noam siempre ha sido un gran amigo de lo libertario y admirador del anarcosindicalismo hispánico. Fue un lector entusiasta del George Orwell de Hommage to Catalonia, Homenaje a Cataluña.

Cuando dejó la escuela primaria y pasó al instituto (el Central High School de Filadelfia), a la universidad (Harvard entre ellas), al trabajo en los grandes centros de investigación nacional (el MIT), la decepción fue tan grande que nació el gran crítico del sistema educativo.
«Cuando echo la vista atrás sobre mi experiencia, me encuentro con un gran agujero negro. Supongo que eso es lo que suele ser general­mente la educación. Una época de reglamentación y control, cons­tituida en parte por un adoctrinamiento directo, que proporciona un sistema de falsas creencias».
Chomsky ve la educación convencional como un "adoctrinamiento" que se lleva a cabo debilitando nuestros impulsos naturales, construyendo sistemas de "prestigio y valor" que refuerzan el deseo de cada alumno por superar a los demás alumnos, bloqueando el pensamiento independiente y creativo, imponiendo jerarquías y el culto a la competitividad desde muy temprana edad. Se trata de "ser el mejor", pero no en el sentido de hacerlo lo mejor que uno puede, sino en sentido de machacar a los demás, de superarlos. La experiencia educativa de Noam Chomsky le ha llevado a concluir que, por lo general, la sociedad educa a los elementos que la constituyen para garantizar las necesidades de la clase dominante.


Él mismo dice que un tipo de escuela libertaria y autogestionada como la que él vivió en los tiempos de la primaria en Oak Lane no podría nunca ser consentida por un sistema educativo jerárquico y autoritario como el que tenemos,
"Se podría tolerar para la elite, porque esta tendría que aprender a pensar, a crear y demás, pero no para la masa de la población".
De su paso por Harvard tras ser designado miembro de la Society of Fellows, dejó el siguiente comentario:
"Crecí en un entorno urbano de clase media sin ninguna gracia social en concreto, y cuando fui a Harvard como alumno de posgrado a principios de la década  de 1950, a integrarme en un equipo de investigación de clase alta al que pertenecía todo tipo de gente prestigiosa de la élite, descubrí que gran parte de la educación no era más que simple refinamiento, gracias sociales, qué ropa vestir, cómo mantener una conversación cortés que no sea demasiado seria, y todas esas cosas que se supone que un intelectual tiene que hacer. (...). Esto es una gran parte de lo que se da en llamar educación. Y enseñar la conformidad a ciertas normas es lo que te impide interferir con los que tienen el poder"
¿Cuál es, entonces, el modelo educativo que propone Chomsky, ya que el mayoritariamente establecido no le satisface? Esto nos dice él mismo con sencillez:

"La mayoría de los problemas que tienen que ver con la enseñanza no son problemas de crecimiento, sino de ayudar a cultivar ese crecimiento. Por lo que yo sé, y lo sé por mi propia experiencia como profesor, creo que cerca del noventa por ciento, o tal vez el noventa y ocho por ciento del desafío de la enseñanza consiste en ayudar a los alumnos a que se interesen por la asignatura. O lo que viene a ser lo mismo en la mayoría de los casos, no impedir que desarrollen ese interés."

En lugar de ser la estrella del mundo académico que se esperaba de él, Noam Chomsky prefirió convertirse en un provocador y un disidente, en un judío que atacaba al sionismo, en un americano que criticaba a su país, en un universitario que se reía de la veneración universitaria por el prestigio social, en un intelectual molesto que criticaba la connivencia de intelectuales deseosos de hacer carrera con las tesis del poder, en un pedagogo que predicaba la pedagogía de la libertad y la creatividad, la misma que aprendió en sus primeros años en la escuela deweyana de Oak Lane.


(Con esas mimbres... no creo que gane el premio Nobel)

Bibliografía
  • Robert F. Barsky, Noam Chomsky. Una vida de discrepancia. Trad. Isabel González-Gallarza. Barcelona, Península, 1997, pp.35 y 36.

domingo, 7 de agosto de 2011

El caso de la paradoja paradojeada

La paradoja u oxímoron es un contraste, una oposición de términos, un choque de ideas del que surge un sentido o significado poderoso. El ejemplo canónico que suelen trascribir los manuales es la célebre frase de Santa Teresa de Jesús "Vivo sin vivir en mí". Hay también, cómo no, un chiste sobre el asunto:

El profesor, en su clase, se pone solemne y, con entonación profunda, buscando emocionar a sus discípulos, declama los versos teresianos:
   —Vivo sin vivir en mí
y tan alta vida espero
que muero porque no muero
   Y un alumno ingenuo, queriendo acaparar los parabienes del docente, grita anticipándose al resto:
   —¡La gallina!

En términos comunicativos podríamos explicar esta confusión como un fallo en las expectativas de coherencia del texto, como un problema con las presuposiciones compartidas. El profesor esperaba que sus alumnos captaran el tono sublime de la paradoja teresiana. Pero el alumno ha interpretado el texto como si se tratara de una adivinanza y, henchido de emoción, con ganas de agradar a su profe y como diciendo "Aquí estoy yo", se ha apresurado a gritar la solución. Al profe debió ponérsele cara de Lady Gagá: Poker face.

Yendo más allá, pasando de la anécdota a la categoría, añadiremos que la paradoja tiene una finalidad enfática: da énfasis al contenido, a las ideas, al aspecto semántico del texto, nos hace contemplarlo desde un punto de vista novedoso, original, chocante y creativo al mismo tiempo. La paradoja, que inicialmente es una contradicción de términos antitéticos, nos obliga a recuperar el sentido del enunciado en una forma superior de lectura que apela a nuestra inteligencia. Es, por tanto, un recurso muy didáctico, pues estimula la creatividad, la actividad intelectual. Y ha sido  utilizado en la literatura desde siempre. Todavía hoy seguimos sirviéndonos de él. Cuando la paradoja es muy complicada y no podemos resolverla, entonces, ¡oh, hermanos!, habéis encontrado una "parajoda" que "parajódicamente" se queda sin solución (al menos, hasta que la inspiración nos ilumine).

Voy a terminar este "post" con algunos "Ideoclips", como los llama Fernando Savater, en los que el filósofo donostiarra utiliza con acierto la paradoja. Proceden de su libro Despierta y lee (Barcelona, Círculo de Lectores, 1998, pp. 340-344). Un buen título, ¿no te parece?

"Los años: cuantos más tenemos, menos nuestros nos parecen".

"Aquel ateo iracundo bautizó (¡oh, paradoja!) su libro definitivo contra el cristianismo con este título: Fe de ratas."

"Fue dichoso en cuanto renunció a la felicidad".

"Sufrió un accidente y nació". (Aquí, vuelve a intervenir la expectativa que genera el enunciado, que tiene que ver con esas frases hechas que sabemos por nuestra experiencia o conocimiento del mundo, como cuando decimos Feliz cumpleaños, Buen provecho, Que seáis muy felices... Aquí, el tópico impone la secuencia sufrir un accidente grave -  fallecer. Por eso el final de Savater tiene tanta fuerza, porque sustituye la secuencia esperable por la contraria: sufrir un accidente grave = nacer).

"Debemos preguntar -siempre- con los filósofos y responder -de vez en cuando- con los científicos".

"La mayor tontería del año, proferida por el crítico halagador: el gran metafísico ha conseguido con su último libro un aforismo de quinientas páginas..."

"Lo envidiable de la belleza es que no necesita explicaciones".

Voy a terminar este "post" tan policiaco, pues el caso de este "Caso de la paradoja paradojeada" es que se me han perdido algunas paradojas por el camino y estoy investigando a ver si las encuentro. Si queréis ayudarme... En fin, aquí estamos para todo cuanto queráis mandar (y enviar).

sábado, 6 de agosto de 2011

El valor de la coma

Es tan insignificante, tan pequeñita, que creemos poder quitarla impunemente. Pero los escritores conocen su verdadero valor. El gran Julio Cortázar escribió:

"La coma, esa puerta giratoria del pensamiento".
Comprobémoslo. Lee esta frase:

"Si el hombre supiera realmente el valor que tiene la mujer andaría a cuatro patas en su búsqueda".
Una mujer probablemente colocaría la coma después de la palabra "mujer". Un varón con toda seguridad la colocaría después de la palabra "tiene".

¿Entiendes ahora a Cortázar? Realmente, una simple coma puede hacer girar todo un pensamiento.

Más ejemplos:


Un minicuento de Julio Cortázar


Sí, en verano tenemos tiempo, pero a lo mejor no tenemos gana... de leer. Así que, para los perezosos, entre chapuzón y chapuzón, en la playa, en la piscina, en la ducha o donde cada cual pueda, un minicuento refrescante, intrigante, alucinante...

"Página asesina" (Julio Cortázar)

En un pueblo de Escocia venden libros con una página en blanco perdida en algún lugar del volumen. Si un lector desemboca en esa página al dar las tres de la tarde, muere.

¿A que no te ha llevado mucho tiempo leerlo, verdad? Pues, nada, si conocer más relatos hiperbreves o si tú mismo/a quieres escribir alguno y enviarlo, aquí estamos.
Un saludo, letr@heridos

Autorretratos

El autorretrato es un género literario de cierta tradición. He aquí algunos bien conocidos. Léelos y disfruta.


"Éste que veis aquí, de rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa y desembarazada, de alegres ojos y de nariz corva, aunque bien proporcionada; las barbas de plata, que no ha veinte años que fueron de oro, los bigotes grandes, la boca pequeña, los dientes ni menudos ni crecidos, porque no tiene sino seis, y ésos mal acondicionados y peor puestos, porque no tienen correspondencia los unos con los otros; el cuerpo entre dos extremos, ni grande, ni pequeño, la color viva, antes blanca que morena; algo cargado de espaldas, y no muy ligero de pies; éste digo que es el rostro del autor de La Galatea y de Don Quijote de la Mancha , y del que hizo el Viaje del Parnaso , a imitación del de César Caporal Perusino, y otras obras que andan por ahí descarriadas y, quizá, sin el nombre de su dueño. Llámase comúnmente Miguel de Cervantes Saavedra. Fue soldado muchos años, y cinco y medio cautivo, donde aprendió a tener paciencia en las adversidades. Perdió en la batalla naval de Lepanto la mano izquierda de un arcabuzazo, herida que, aunque parece fea, él la tiene por hermosa, por haberla cobrado en la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperan ver los venideros, militando debajo de las vencedoras banderas del hijo del rayo de la guerra, Carlo Quinto, de felice memoria", Miguel de Cervantes, Novelas ejemplares.

RETRATO
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierra de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.

Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—,
mas recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas pueden tener de hospitalario.

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.

Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.

Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.

¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.

Converso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática con este buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.

Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.

Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar. 
Antonio Machado, El Liberal, 1 de febrero de 1908, sin título.
Campos de Castilla, Madrid, Renacimiento, 1912.


RETRATO
Esta es mi cara y ésta es mi alma: leed.
Unos ojos de hastío y una boca de sed...
Lo demás, nada... Vida... Cosas... Lo que se sabe...
Calaveradas, amoríos... Nada grave,
Un poco de locura, un algo de poesía,
una gota del vino de la melancolía...
¿Vicios? Todos. Ninguno... Jugador, no lo he sido;
ni gozo lo ganado, ni siento lo perdido.
Bebo, por no negar mi tierra de Sevilla,
media docena de cañas de manzanilla.
Las mujeres... -sin ser un tenorio, ¡eso no!-,
tengo una que me quiere y otra a quien quiero yo.
Me acuso de no amar sino muy vagamente
una porción de cosas que encantan a la gente...
La agilidad, el tino, la gracia, la destreza,
más que la voluntad, la fuerza, la grandeza...
Mi elegancia es buscada, rebuscada. Prefiero,
a olor helénico y puro, lo "chic" y lo torero.
Un destello de sol y una risa oportuna
amo más que las languideces de la luna.
Medio gitano y medio parisién -dice el vulgo-,
con Montmartre y con la Macarena comulgo...
Y antes que un tal poeta, mi deseo primero
hubiera sido ser un buen banderillero.
Es tarde... Voy deprisa por la vida. Y mi risa
es alegre, aunque no niego que llevo prisa.
Autorretrato de Nicanor Parra
Considerad, muchachos,
Este gabán de fraile mendicante:
Soy profesor en un liceo obscuro,
He perdido la voz haciendo clases.
(Después de todo o nada
Hago cuarenta horas semanales).
¿Qué les dice mi cara abofeteada?
¡Verdad que inspira lástima mirarme!
Y qué les sugieren estos zapatos de cura
Que envejecieron sin arte ni parte.

En materia de ojos, a tres metros
No reconozco ni a mi propia madre.
¿Qué me sucede? -¡Nada!
Me los he arruinado haciendo clases:
La mala luz, el sol,
La venenosa luna miserable.
Y todo ¡para qué!
Para ganar un pan imperdonable
Duro como la cara del burgués
Y con olor y con sabor a sangre.
¡Para qué hemos nacido como hombres
Si nos dan una muerte de animales!

Por el exceso de trabajo, a veces
Veo formas extrañas en el aire,
Oigo carreras locas,
Risas, conversaciones criminales.
Observad estas manos
Y estas mejillas blancas de cadáver,
Estos escasos pelos que me quedan.
¡Estas negras arrugas infernales!
Sin embargo yo fui tal como ustedes,
Joven, lleno de bellos ideales
Soñé fundiendo el cobre
Y limando las caras del diamante:
Aquí me tienen hoy
Detrás de este mesón inconfortable
Embrutecido por el sonsonete
De las quinientas horas semanales.
De Poemas y antipoemas (Santiago, Nascimento,1954)


Rubén Darío - Autorretrato a su hermana Lola

Este viajero que ves
es tu hermano errante. Pues
aun suspira y aun existe,
no como le conociste,
sino como ahora es:
viejo, feo, gordo y triste.

viernes, 5 de agosto de 2011

El príncipe Jarra

El príncipe Harry de Inglaterra, hermano del recién casado heredero William, acaba de pasarse, durante este caluroso agosto, por Mallorca, donde como un guiri cualquiera, se ha cogido su litrona de cerveza y... Tal cual la foto. ¡Ah, la canícula! ¡Cruel Lorenzo, cómo aprietas las principescas carnes!

El príncipe Harry, en Mallorca.

La cosa es que los periodistas, que no pierden una, le han cambiado el nombre con trueque vocálico de "y" en "a", y ahora el príncipe ha pasado a llamarse "El príncipe Jarra". Bonita paronomasia. ¡Para que luego digan que no sirven para nada las figuras literarias!