martes, 15 de abril de 2025

"O bone Iesu", de Juan de Anchieta

 Hay varias composiciones con este mismo título, pero quizás las más famosas son las de Giovanni Pier Luigi da Palestrina y el "O bone Iesu" de Juan de Anchieta (circa 1462-1523), obra maestra de la polifonía española renacentista, recogida en el cancionero de Segovia.


Juan de Anchieta, nacido en Azpeitia, Guipúzcoa, hacia 1462, fue un sacerdote y compositor del Renacimiento español, uno de los mayores exponentes de la polifonía religiosa. Su nombre no debe ser confundido con el del escultor Juan de Ancheta. De orígenes nobles, tuvo una esmerada educación y pasó por la Universidad de Salamanca, donde estudió música y siguió la carrera sacerdotal.


En 1489 fue nombrado capellán y cantor de la capilla de la reina Isabel de Castilla, la Católica, y sabemos que en 1492 estuvo presente en la conquista de Granada. Luego fue maestro de capilla de los infantes, del rey Fernando el Católico, de Juana la Loca e incluso del futuro emperador Carlos I. Ya viejo, se retiró a su localidad natal de Azpeitia.

Entre su obra secular, destacamos varios villancicos y romances, pero sobre todo, Anchieta es hoy muy reconocido por su obra religiosa y, de ella, destacamos el motete "O bone Iesu", que aquí comentamos. La obra destaca por su acendrada religiosidad, su uso magistral de la polifonía y el contrapunto vocal

Texto latino

O bone Jesu,
illumina oculos meos,
ne unquam obdormiam in morte,
ne quando dicat inimicus meus,
praevalui adversus eum.
In manus tuas, domine, commendo Spiritum meum.
Redemisti me domine, deus veritatis.
¡Oh, Mesías!
Locutus sum in lingua mea:
notum fac mihi domine finem meum.

Comentario

El texto procede de una oración de finales de la Edad Media, de origen desconocido, pero seguramente laico, y es una sucesión de versos que proceden de diferentes Salmos, comúnmente llamados «Versos de San Bernardo».

En este tipo de oraciones es frecuente que haya un apóstrofe o advocación (el vocativo del verso inicial: "O bone Iesu", ¡Oh, buen Jesús!), donde se suele incluir también el nombre de Cristo en hebreo o en griego: Adonaí, Mesías, etc.

Después de la invocación, se pide a Jesús que ilumine nuestros ojos, que nos haga prevalecer frente a nuestros enemigos, nos encomendamos en sus manos, en cuerpo y espíritu y lo reconocemos como redentor y dios verdadero.

Para terminar, dejamos una versión del "O bone Iesu" del genio italiano Giovanni Pier Luigi da Palestrina, también excelso en el uso de la polifonía y destacadísimo por su encendida religiosidad.



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