El pleonasmo (del griego πλεονασμός pleonasmós; de πλέον, pléon, ‘más, demasiado’) es una redundancia, un exceso de información viciosa, que no aporta nada al mensaje. Es frecuente en la lengua hablada y algo menos en la escrita, que se supone más cuidada. Y por supuesto, es inelegante, pues afea el discurso, lo alarga innecesariamente. A veces, aparece en la poesía con finalidad estilística, para dar énfasis o reforzar una idea. Pero debe usarse este recurso con precaución, pues colinda con el ámbito de la perogrullada y la tautología.
Algunos ejemplos de pleonasmo con verbos:
- Subir arriba, para arriba (basta con "subir", ya presupone "para arriba").
- Bajar abajo, para abajo.
- Nadar por el agua.
- Volar por el aire.
- Entrar para dentro, adentro.
- Salir para afuera, sacar fuera.
- Llorar por/de los ojos, como en el Poema de Mio Cid, que comienza contando cómo el Cid se lamentaba por su destierro: "De los sos oios tan fuertemientre llorando..."
- Deambular sin rumbo
- Venir aquí
- Beber líquidos
- Callar la boca
- Conocer por primera vez
- Inventar por primera vez
- Oponer resistencia
- Perdurar en el tiempo
- Prever con antelación
- Soler hacer algo a menudo
Algunos ejemplos con sustantivos y determinantes:
- Cita previa (la cita ya presupone antelación).
- Error no intencionado (el error se entiende involuntario).
- Ambos dos ("ambos" solo puede referirse a "dos").
- Accidente fortuito
- Antecedentes previos
- Base fundamental
- Desenlace final
- Destino final
- Falso pretexto
- Hecho real
- Máximo paroxismo
- Mentira falsa
- Nexo de unión
- Lava volcánica
- Pared divisoria
- Pegamento adhesivo
- Peluca postiza
- Persona humana
- Protagonista principal
- Puño cerrado
- Querella criminal
- Regalos gratis
- Réplica exacta
- Sorpresa inesperada
- Supuesto hipotético
- Testigo presencial
- Un viejo anciano
- Una sonrisa en los labios
Algunos ejemplos con adjetivos (la primera palabra ya contiene toda la información).
- Blanco claro
- Negro oscuro
- Interrelacionados entre sí
- Mi propia opinión personal
- Donativo voluntario
- Hueco por dentro
Otra cosa distinta es la doble negación, que en español puede resultar redundante, pero es correcta gramaticalmente. Así, verbigracia, decimos "No tengo nada", para significar que carecemos absolutamente de todo. En otras lenguas, como el inglés, una expresión con doble negación del tipo "I don't have nothing" se entendería como "Tengo algo", de ahí que haya que cambiarla por "I don't have anything" si queremos mantener la idea de la carencia absoluta ("No tengo nada"). Pasa lo mismo con "nadie" y "nunca": "No vino nadie", "No paga nunca".
Curiosamente, en español aparece la doble negación cuando el adverbio "no" va delante del verbo, pero desaparece si se anteponen el adverbio "nunca" o los pronombres "nada", "nadie". Así, decimos:
- "No viene nunca por aquí", pero "Nunca viene por aquí".
- "Aquí no compró nada", mas "Nada compró aquí".
- "No lo ha visto nadie", pero "Nadie lo ha visto".
- "No me marcharé hasta (no) haber resuelto el asunto".
- "No me marcharé hasta que (no) me echen".
- "No sembraremos hasta que no llueva". ¿Se quiere decir que no sembraremos hasta que empiece a llover o hasta que deje de llover? Ante este tipo de oraciones, lo mejor es evitar posibles ambigüedades y sustituirlas por una redacción más clara, como por ejemplo: "No sembraremos hasta que deje de llover", "No sembraremos hasta que ya no llueva", "No sembraremos hasta que empiece a llover".
- "C'è mancato poco che (non) lo vedessi", "Ha faltado poco para que (no) lo viese", en el sentido de "Casi lo veo".
- "Je crains qu'il (ne) soit trop tard", "Temo que (no) sea demasiado tarde".
- "Fes-ho abans que (no) vingui", "Hazlo antes de que (no) venga".
- "No ho faré fins que (no) ho demanis", "No lo haré hasta que (no) lo pidas".
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