domingo, 12 de mayo de 2013

Hilar sin hilo e "ilar" sin hache


Pues sí, eso es lo que hacen las llamadas proposiciones coordinadas ilativas: hilar sin hilo e "ilar" sin hache. Uséase, enlazar, unir, zurcir unas proposiciones con otras.

Todo sería más fácil, más didáctico en suma, si estas proposiciones tuvieran la bondad de llamarse "hilativas", con una hache como Dios manda. Pero ya que la ortografía no ha querido hacer el esfuerzo de añadirle una letrita de nada, y además muda, hagamos que la gramática haga el esfuerzo de "desfacer el entuerto", como diría rima rimando el Caballero de la Triste Figura.

Comenzons.

Las coordinadas ilativas son aquellas que expresan la consecuencia lógica de la proposición precedente. Por ejemplo: Pienso, luego existo. Estaban muy cansados, así que se fueron a dormir.  Ya te hemos advertido, conque atente a las consecuencias.

Los nexos ilativos son, como puede verse en los ejemplos: luego, por tanto, por consiguiente, así que, conque... Son coordinantes porque, si desaparecieran, las proposiciones se harían independientes, cada una con su sentido, con su sujeto y su predicado: Pienso-existo, Estaban cansados-se fueron a dormir, Te hemos advertido-atente a las consecuencias. En las coordinadas no hay una proposición importante y otra insignificante, como en las subordinadas. No, no, qué va. En las coordinadas, "Tanto monta, monta tanto..." Vamos, que todas las proposiciones tienen el mismo rango e importancia. Co-ordinadas, de igual orden, relevancia, graduación...

Las coordinadas ilativas se parecen mucho a las subordinadas consecutivas, pero no hay que confundirlas porque, en estas, la relación proposicional es de dependencia de la subordinada respecto de la principal, la subordinada forma parte del predicado de la principal. Ejs.: Era tan alto que tropezaba siempre con el techo, Me gusta tanto "One direction" que hice cola siete días para conseguir entradas.

Las subordinadas dependen de la principal como los trabajadores de la empresa: como cierre la empresa... ¡se acabó la subordinación, al paro gramatical!

El "truquillo" que yo empleo para localizar las consecutivas es intentar añadir la expresión "en consecuencia" en la subordinada, insertarla así como quien no quiere la cosa. Así: Era tan alto que, en consecuencia..., Me gusta tanto "O.D." que, en consecuencia..."

Ahora el problemilla que se nos plantea -¡peste de gramáticos!- es que las subordinadas consecutivas tienen una forma así como un poquito parecida a la de las subordinadas circunstanciales comparativas, ¡vaya por Dios y que el Mago de los Ceros haga que la gramatical caterva confunda los verbos predicativos con los copulativos!

Pero, ¡ojo!, para distinguir las unas y las otras hay que tener en cuenta una cosilla básica: si queremos comparar, necesitamos, al menos, dos magnitudes. O sea, A es más X que B, tan X como B o menos X que B, según queramos expresar la superioridad, la igualdad o la inferioridad.

Si vamos a los ejemplos anteriores y los modificamos levemente, tendremos subordinadas comparativas como las siguientes: Era tan alto como su hermano, Me gusta tanto oír a "One Direction" como estudiar gramática española (¡la de cosas que llegan a oírse, cielos!)

Bueno, y para terminar, volvamos a Don Alonso Quijano el Bueno. El manco de Lepanto, al describir a un personaje de la novela, la Maritormes, decía de ella que era muy cargada de espaldas y que miraba al suelo más de lo que querría. Así que vamos a hacer unas oraciones con la Maritormes y a ver si resultan ilativas, consecutivas, comparativas o el sursum corda.

1. Maritormes era tan cargada de espaldas que miraba al suelo más de lo que quería.

2. La Maritormes era tan cheposa como Rajoy.

3. Maritormes era cargada de espaldas, así que miraba al suelo más de lo que quería.

4. Maritormes miraba al suelo menos de lo quería.

5. Maritormes miraba al suelo tanto como quería.

Y de propina, unas preguntitas más:

6. ¿Quién porras es El Caballero de la Triste Figura ese de más arriba?

7. ¿Y Don Alonso Quijano el Bueno?

8. ¿Y el manco del Espanto, digo... Lepanto?


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Envía tus comentarios