miércoles, 21 de agosto de 2013

Shakespeare y la noche de San Juan


Una de las obras más famosas de Shakespeare, El sueño de una noche de verano, transcurre en la mágica noche de San Juan. Los duendecillos y hadas hacen de las suyas en un bosque cercano a Atenas donde descansan el duque Teseo y su prometida Hipólita, reina de las Amazonas. Y entre todos los habitantes del mágico mundo, destaca el duendecillo Puck, que vierte mientras duerme un encantamiento sobre los ojos del joven Lisandro:

   "Reposa aquí, gentil enamorado,
mientras ahora en tus ojos, hechicero,
vierto el jugo encantado.

   (Vierte el jugo en los ojos de LISANDRO)

Contempla al despertar tu bien amado,
recréate en su vis lo primero,
y el refrán quedará justificado:
Juan seguirá a su Juana;
no irá nada al revés,
recobrará el amante a su pareja,
y todo saldrá bien".

Un conxuro más literario que el habitual ("Bruxas, meigas, sapos e coruxas...")


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