miércoles, 30 de julio de 2014

"Pagliacci", de Ruggero Leoncavallo

Pagliacci, de Ruggero Leoncavallo, es la ópera corta que suele interpretarse después de la de Cavalleria rusticana, de Mascagni. Ambas pertenecen al movimiento musical llamado verismo, que es el correlato lírico del realismo-naturalismo en literatura.

Son obras del XIX, llenas de tipismo, venganzas, muertes y tragedia. Pagliacci está inspirada en hechos reales y en la obra del español José Tamayo y Baus Un drama nuevo. Su mayor mérito argumental es mezclar el teatro dentro del teatro, el contraste entre la representación de una commedia dell'arte en la escena mientras en la vida real se produce una tragedia. La ópera tuvo un éxito de público inmediato.

Aquí dejamos la película entera, dirigida por el grande Franco Zefirelli:


Un aria muy famosa es la célebre "Vesti la giubba", que han cantado todos los grandes: Canio se queja porque su amada Nedda le ha sido infiel con un lamento desgarrador.


El argumento es, más o menos, el siguiente:

A las afueras de una aldea, una troupe de cómicos tiene su escenario y una multitud de aldeanos curiosos viene a verlos. Canio atrae la atención del público, Tonio ayuda galante a Nedda, la mujer de Canio, y este reacciona muy celoso y le da una bofetada. Tonio, el jorobado, jura vengarse. Canio declara que el teatro y la vida son dos cosas distintas y se va. Entonces Tonio declara su amor a Nedda, pero esta lo desprecia y lo golpea con un látigo. Él se va y entonces aparece Silvio, amante de Nedda, quien suplica a la bella que se fugue con él. Pero toda la escena ha sido vista por Tonio, quien llama a Canio. Este, loco de celos, hace huir al amante sin llegar a ver su rostro y quiere hacer confesar a su esposa y vengarse de ella y del amante traidor. Pero llega la hora de la representación y tiene que aplazar su venganza. 

En el acto II se representa la commedia dell'arte, Peppe hace de Harlequín, Nedda de Columbine, Tonio de Taddeo y Canio de Pagliaccio. Columbine escucha enamorada la serenata de Harlequin, quien sube a verla a través de la ventana y cena con ella, pero llega inesperadamente Pagliaccio y los sorprende. Él quiere que ella confiese y dé el nombre de su amante, ella le suplica piedad, él se deja llevar por la ira y canta "No, yo no soy un payaso". La realidad y la ficción se mezclan maravillosamente, la comedia se vuelve por momentos tragedia. El payaso quiere "su nombre, su nombre" y la apuñala, ella al morir suspira el nombre de Silvio, y entonces el amante, que estaba escondido entre el público, acude al último estertor de su amada. Canio también lo mata con la misma hoja con que ha asesinado a Nedda-Columbine. Tonio se vuelve al público y cínicamente proclama: "La commedia è finita", La comedia ha terminado.

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