Dentro de nada volveremos a tener elecciones en España. Votar es un acto fundamental en democracia, aunque aquí, en nuestro país, nuestros políticos nos han hecho votar por segunda vez, recién realizadas otras votaciones y tras seis meses de rifirrafes en los que han sido incapaces de buscar un acuerdo para gobernar. En fin, votemos otra vez.
¿Y cuál es el origen de la palabra "voto"? Pues viene del latín votum y significa promesa hecha ante los dioses, es decir, promesa verdadera y solemne que se hace con intención de cumplirla. El mismo origen tiene la palabra "boda", por eso decimos que los novios hacen sus votos para que su unión dure eternamente, y también hacen votos por la felicidad de la joven pareja los invitados a la ceremonia. Quien hace votos queda devoto, o sea, obligado por ellos, lleno de devoción, la cual le lleva a aguantarlo todo -el dolor, el hambre, el cansancio...- con tal de cumplir su palabra. También hacen votos las gentes de la religión cuando toman el estado eclesiástico.
En francés, la palabra conserva este sentido de deseo o promesa: Je te présente mes voeux de bonne santé, Te deseo buena salud.
En fin, está visto, pues, que unos hacen sus votos sea en el idioma que sea, mientras que otros nos hacemos cruces con el panorama político actual. Pero esa es otra expresión de la que ya hablaremos otro día. De momento, hagamos votos porque todo vaya bien el día de las elecciones. Y no olviden que su voto, es decir, sus deseos o preferencias, cuentan.
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