En español, como en otras lenguas, tenemos algunas expresiones referidas a extranjeros con un significado especial. Muchas de esas expresiones tienen en otras lenguas el mismo sentido que en español, aunque no todas. Veamos algunos ejemplos.
En el mundo del hidromasaje, tenemos "baño turco" (o "hammam", del árabe ḥammām, حمام, que significa "baño caliente" o "casa de baños"), que designa al tradicional baño de vapor húmedo, heredero de las termas romanas, mezcla de higiene, purificación espiritual y socialización.
También existe la "ducha escocesa" (doccia scozzese, en italiano), donde se alternan rápidamente los chorros de agua caliente y agua fría. Metafóricamente, podemos usar la expresión para referirnos a una situación en la que se suceden con celeridad los momentos agradables y los desagradables.
En el ámbito de las atracciones, hablamos de "montaña rusa" (montagna russa, en italiano) refiriéndonos a unos coches quasi volantes que descienden y ascienden a toda velocidad haciendo las delicias (?) de sus ocupantes. Metafóricamente, también nos referimos con la expresión a un itinerario accidentado, una negociación difícil, etc. ("El acuerdo entre sindicatos y patronal sigue siendo una montaña rusa"). A los rusos también los invocamos para referirnos al "pastel ruso", a la "ensaladilla rusa" o a las "muñecas rusas" (las célebres matrioskas).
A veces, el significado de las expresiones no coincide en las distintas lenguas. Por ejemplo, en español "hacer el indio" significa "divertirse haciendo tonterías", pero en italiano fare l'indiano alude a la idea de "fingir no comprender", "hacerse el loco".
Los italianos dicen parlare arabo cuando alguien habla de manera incomprensible. Sin embargo, nosotros la emprendemos con los chinos ("hablar en chino") por la misma razón. De esta cultura nos acordamos también cuando hablamos de las "cajas chinas" o cuando negamos de manera tajante: "¡Naranjas de la China!", como si encontrar allí un producto tan patrio fuese un quasi imposible ontológico.
En otras ocasiones, las expresiones cambian de nacionalidad aun manteniendo su significado. Verbigracia, "irse a la francesa", to take a French leave, es, en nuestra lengua y en la de Shakespeare, "irse sin despedirse", pero en francés esa expresión se cambia por filer a l'anglaise, de donde pasa al italiano: andarsene o filarsene all'inglese.
No es que siempre tengamos la mejor opinión de nuestros vecinos. Por ejemplo, los italianos hablan de fumare como un turco cuando se vapea muchísimo o de bestemmiare come un turco en caso de proferir innúmeras blasfemias cada vez que se abre la boca. En español, en este último caso, no nos metemos con los vecinos, pero sí con algunos trabajadores: "blasfemar como un carretero, como un camionero, como un arriero..." Se ve que que aún hay clases. Y oficios. Y a tan dignos trabajadores los convertimos en... "cabeza de turco", es decir, los hacemos culpables o responsables de algo sin que esté probado que realmente lo sean; en suma, hacemos con ellos lo que los israelitas hacían con los machos cabríos: los convertimos en el chivo expiatorio.
Y así, cuando los italianos se refieren a I portoghesi dello stadio, aluden a los espectadores que no pagan. Como se ve, no siempre nos apreciamos mucho los unos a los otros. Más bien nos movemos entre un nacionalismo exacerbado y una xenofobia mal fundamentada. A los extranjeros achacamos todos los males, desde il mal francese o morbo gallico (la sífilis) a la gripe española de 1917 (que produjo millones de muertos).
Por fortuna, aún quedan expresiones en todas las lenguas semánticamente más neutras, sin carga de agresividad, como cuando invocamos la chiave inglese ("llave inglesa"), El Corte Inglés (sinónimo de elegancia), il fiammifero svedese ("cerilla sueca", que por seguridad solo se enciende si es friccionada contra el raspador), il granturco o grano turco ("el maíz", así llamado porque venía de América a través de Oriente), il nasino alla francese ("nariz chata y pequeña"), the guinea pig ("conejillo de Indias", llamado "de Guinea" por error geográfico), the turkey ("el pavo", que entraba en el Reino Unido a través de las rutas comerciales turcas)...
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