domingo, 13 de febrero de 2011

El idioma español y los tacos

Parece que el hablar mal, usando expresiones malsonantes, es propio de los españoles. Según Sánchez-Albornoz, lo rahez es característico del homo hispanus, desde el más encumbrado al más humilde. Y según cuenta Luis María Ansón, en el prólogo al Sohez  (Carbonell Basset, Delfín, Gran diccionario del argot “El Sohez”, Barcelona, Larousse, 2000. Prólogo de Luis María Ansón.)

“Cuando la hermana del Rey Bermudo II de Galicia era conducida a Córdoba para incorporarse al harén de Almanzor, en calidad de esclava, dijo finamente a los oficiales gallegos que la custodiaban y escoltaban: “Los pueblos deben poner su confianza en las lanzas de sus soldados más que en el coño de sus mujeres”.
(…) El monje Beato del monasterio de Liébana era en el año 785 tan mal hablado como algunos de los camioneros que hacen hoy la ruta del bacalao. En el siglo IX apodaban Boca Mala a un hermano del obispo Fredosindo tan complaciente con Alfonso III. Y los testimonios del lenguaje soez desde la Edad Media hasta nuestros días, lo mismo en los sectores populares que en los dirigentes, son incontables. En España existe una cultura del taco todavía no suficientemente estudiada”.
Por lo visto, el taco es —casi— tan antiguo como el español.

• Comenta tu punto de vista sobre los tacos: ¿son necesarios, inconvenientes, evitables? ¿Somos los españoles más amigos de las palabrotas que otros pueblos?

2 comentarios:

  1. Adoro el taco, apoya la lengua oral y es indispensable a mi parecer para entender la escrita.
    Los descalificativos son una parte más de la descripción y la pasión por la misma.
    Creo, de hecho, que un insulto no debería estar mal visto; cierto es que no deja de ser despectivo, pero también puede ser merecido.
    Hoy mismo, durante la gala de los Goya, el presentador Buenafuente se ha referido a Jimmy Jump, el mismo espontáneo que apareció en Eurovisión y que hoy ha vuelto a aparecer en la gala como "un tipo imbécil", y lejos de estar fuera de lugar, ha recibido una ovación de miembros de la Academia de Cine, políticos y demás intelectuales (luego también estaba Ángeles Gonzalez-Sinde).
    En esencia, que los tacos tienen un "je ne se quoi" que puede llegar a hacer muy atractiva una oración, y que los españoles, lejos de abusar de ellos en su sentido vicioso, los usamos en su justa medida; podemos presumir de ser poseedores de "la virtud de lo sohez".

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  2. Un interesante punto de vista, Esedesubir. Tomamos nota.

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