Para una persona atenta, un simple paseo por la ciudad puede ser muy instructivo. Hace unos días, deambulaba yo por Zaragoza y vi un autocar con el rótulo "Servicio discrecional", lo que me hizo pensar en el porqué de ese nombre y qué quiere decir exactamente la expresión.
La discrecionalidad tiene que ver con la libertad de elegir, es decir, es aquello que puede hacerse o dejar de hacerse. En ese sentido, "servicio discrecional" es el que se organiza para atender las necesidades específicas del cliente en un momento determinado, se organiza "a discreción" del cliente. O sea, se trata del servicio que no es regular.
La expresión "a discreción" es curiosa porque quiere decir tanto "a voluntad" de la persona, es decir, "según su discriminación o criterio", como "indiscriminadamente", "sin distinguir", por ejemplo en la frase "¡Fuego a discreción!", que significa más bien "fuego sin discreción alguna, a tutiplén, sobre todo lo que se mueva".
En lingüística, se utiliza la palabra discreto,-a como opuesto a continuo,-a. Las unidades discretas son las perceptibles y diferenciables, las claramente delimitadas y distinguibles, opuestas al "continuum", que es aquello que se percibe en bloque, como todo sin articular o divisible en unidades menores.
Está bien que el transporte sea regular o discrecional. Lo malo es cuando el poder comienza a ser discrecional, o sea, arbitrario. Entonces se acaba la democracia y empieza la dictadura.
Bueno, por hoy ya vale de reflexión. Voy a seguir con el paseo.
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