Hay palabras que nos dicen el lugar del que proceden. Por ejemplo, en inglés se llama a un terrible desastre balaclava, por la famosa batalla de la guerra de Crimea donde se produjo la famosa Carga de la brigada ligera, que acabó con 600 muertos británicos a manos rusas, un episodio sangriento y heroico al que Lord Alfred Tennyson dedicó su famoso poema.
Todos podemos tener o encontrar nuestro Waterloo, un lugar de Bélgica donde Napoleón sufrió la derrota definitiva. ¡Y ojalá que no nos pille demasiado pronto Armaggedon, alusión bíblica del Apocalipsis de San Juan al fin del mundo, cuando se producirá la batalla definitiva entre las fuerzas del bien y del mal!
Pero no solo de batallas vive el hombre. Tomémonos un burdeos o un rioja o un champán. (¡Ojo, que digo "o" y no "y"!) Pongámonos (agua de) colonia. Comamos Brie (queso de) o unas (coles) de Bruselas o unas (pastas) danesas. O quizás unas hamburguesas o unas frankfurters. O si preferís, unas sardinas de... Sardinia (o sea, Cerdeña).
Dejemos ahora la comida y la bebida y vayamos de compras: ¿jeans, jerseys, bikinis, trencas, tuxedos...? La palabra jeans procede el nombre antiguo en inglés de la ciudad de Génova, donde se fabricó por primera vez esta tela. El americano Lévi-Strauss la compró con intención de fabricar tiendas de campaña, pero en vez de eso hizo pantalones y así nacieron los tejanos, que vienen de... ?
En cuanto a la trenca, quizás la palabra venga de la españolización de Trench coat, abrigo de trinchera, pues el modelo original, que era marrón camello, fue muy utilizado por los soldados durante la Primera Guerra Mundial. En inglés, se llama duffle coat, por la ciudad belga de Duflle.
Los bikinis y jerseys (o pullovers) tienen nombres de islas, como todo el mundo sabe. Y en cuanto al tuxedo, nombre americano del esmoquin, se llama así por el Tuxedo Club, donde se exigía a los clientes que llevaran la susodicha prenda.
Pero sigamos con la clase de geografía, digo de vocabulario, digo... Bueno, ya no sé ni lo que digo. Di a alguien un limerick, conduce una limusina, compra un (perro) alsaciano o un labrador. Juega al badmington o al rugby. Corre un maratón. Participa en un derby. Danza una mazurca...
Sin darte cuenta, ya has viajado por medio mundo.
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