martes, 17 de abril de 2018

Pero... ¿qué es exactamente una "mota"?

¿Aguantarán las motas? ¿No aguantarán? ¿Le dará tiempo a la U.M.E. a acabar de levantar la nueva mota? ¿Habrá que desalojar a los vecinos?

En estos días de crecidas del Ebro, si escuchamos las noticias, todo son "puntas de la crecida" y "motas" por todos lados, que si aguantan, que si el agua arrambla con todo...

Pero ¿qué es exactamente una mota? Dejamos aparte a un cómico que todos conocemos, José Mota, que no tiene vela en este entierro y recurramos al diccionario, que para eso está:

mota

1. f. Partícula pequeña de alguna cosa,que se pega a la ropa o a otras partes: no quiero ni una mota de polvo.
2. Defecto muy ligero o de poca importancia: ese incidente no es más que una mota en tu expediente.
3. Elevación de poca altura, natural o artificial,que se levanta en un llano.
4. Mancha,dibujo o pequeña estampación redondeada o muy pequeña: vestido liso con motas de colores.
5. amer. vulg. marihuana.

Lógicamente, aquí se trata de la acepción 3, "elevación de poca altura", y gracias a ella nos enteramos de que las motas pueden ser artificiales o naturales. De ahí que tengamos en España, en Medina del Campo, el famoso castillo de La Mota, muy vinculado a Isabel la Católica y que, como podréis imaginar teniendo ese nombre, se levanta en una elevación pequeña de la villa.


Conviene añadir que, aunque el de Medina sea el castillo de La Mota más famoso, existen otros con el mismo nombre en diferentes lugares de España: en Ágreda (Soria), en Astudillo (Palencia), en Benavente (Zamora), llamado también "Torre del Caracol"; en Marchena (Sevilla); en Nájera (La Rioja); en Pliego (Murcia), llamado también "de las Paleras" y "de las Barracas"; en San Sebastián (Guipúzcoa), llamado también "El Macho".

Incluso hay una Fortaleza de la Mota, en Alcalá la Real (Jaén).

¡Y hasta un título nobiliario, el Condado del Castillo de la Mota, que Franco concedió a Pilar Primo de Rivera, hermana del fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera, y jefa máxima de la Sección Femenina, a la que el dictador concedió en su día el castillo como sede! Ahí es nada el Comandantín: ¿que me gusta el Pazo de Meirás? ¡Pues me lo quedo! ¿Que me caes bien y buscas sede para tu Sección? ¡Pues, hala, al Castillo de la Mota!

Para finalizar, existe una población conquense, Mota del Cuervo, conocida como "El Balcón de la Mancha", por su enclave elevado; y también hay una Mota del Marqués, en la provincia de Valladolid. Además, en Cuenca y Valencia hay una población llamada Motilla del Palancar y también existe un asentamiento arqueológico en Daimiel llamado Motilla del Azuer.

En definitiva, que la toponimia y el diccionario nos enseñan qué es una mota y ahora ya sabemos que siempre que una población lleve dicha palabra en su nombre, seguro que tiene una buena vista panorámica de los alrededores.

¡Cosas de las etimologías!

En cuanto mejore el tiempo, ¡hala!, a viajar por todas las motas habidas y por haber. ¡Y que aguanten!

UNA ANÉCDOTA PERSONAL 

Esto de ser mayor y tener años... tiene alguna ventaja. Una de ellas es que recuerdas cosas de hace mucho.

Cuando yo era un joven de vuestra edad, muchas de las obras literarias clásicas las leí en unos cómics de mi tiempo de la colección "Joyas Literarias Universales", eran unas adaptaciones cortitas, mejor o peor dibujadas y escritas, pero bueno, servían para enterarte del argumento de las obras en cuestión.

Una de las que leí con más fruición fue la adaptación de La isla del tesoro, del escocés Robert Luis Stevenson. Y recuerdo perfectamente cómo el pirata ciego llegaba a la posada de Jim y su madre y, a los pocos días, dos de sus compañeros piratas le ponían en la mano una mancha negra, La Mota Negra, una mancha oscura que le llenaba de horror, porque en el lenguaje pirata eso significaba una segura condena a muerte próxima a ejecutarse. Y en efecto, días después de la visita de los dos piratas, llegó el grueso de la banda pirata y asaltó la posada y mató al ciego. Pero el hábil muchachuelo Jim salvó el mata del tesoro, y se enroló como grumete y...

Bueno, ya veis que me entusiasmo y "me se lleva" el espíritu de la aventura. ¡Qué gran novela de aventuras la de Stevenson! ¡Venga, Jim, que tú puedes! ¡No dejes que te engañe John Silver el Largo! ¡A por el tesoro del capitán Flint! ¡Ron, ron, ron, la botella de ron!

La Mota Negra: cuánta aventura encuentro yo en la evocación de una simple palabra. Cosas de la vejez.

OTRA ANÉCDOTA DEL ABUELO CEBOLLETA

"El abuelo Cebolleta" era un personaje de un tebeo, "13 Rue del Percebe", publicado por la editorial Bruguera. Todos los miembros de la familia huían de él, porque no paraba de contar batallitas: "Cuando yo era joven..." (y seguía una perorata de treinta minutos: la mili, la juventud, el trabajo...) Cualquier tema era bueno para el pobre abuelo, que solo quería hablar y que le escuchasen.

Y uno cada vez se va pareciendo más al abuelo Cebolleta. Porque lo cierto es que, al hablar de "motas", pues me he acordado de otra batallita: una obra que leí, Sherlock Holmes y la cinta moteada, de sir Arthur Conan Doyle. En inglés, Sherlock Holmes and the speckled band. "Moteada" quiere decir aquí "cubierta de motas", es decir, de manchas o lunares. La obra me lleva de nuevo al DRAE, al verbo "motear", "1. tr. Salpicar de motas una tela, para darle variedad y hermosura".

¿Os imagináis hacer una "mota" o barrera "moteada", pintada con lunares y manchas? Lo más de lo más.


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