En mi caso, los temas artísticos son de gran interés por ello vengo a exponer una noticia publicada en el Heraldo de Aragón relacionada con una ley que se lleva a cabo en Zaragoza desde el año 2016.
El día 22 de abril de 2016, en Zaragoza, se instauró un decreto que prohíbe las actuaciones de charangas en la calle y regula las actividades artísticas en la vía pública. El objetivo es lograr una conciliación entre estas manifestaciones artísticas y el descanso y la convivencia del resto del vecindario. El ayuntamiento plantea siete zonas en la ciudad para que puedan llevarse a cabo las actividades, dejando libres las fiestas del Pilar y las fiestas de los diversos barrios.
Para poder actuar en la capital aragonesa hay que pedir un permiso con veinte días de antelación, con el compromiso de que se cumpla el horario de los espectáculos entre las diez de la mañana y las diez de la noche. Dicho permiso tendrá una validez anual y el precio rondará entre los 113 y los 341 euros, dependiendo de la zona y dependiendo la época del año con unas tasas u otras. Las solicitudes serán revisadas por el ayuntamiento y serán clasificadas en función de la experiencia, la titulación o los estudios. Si no posees el permiso, puedes obtener una multa de entre 50 y 150 euros.
Bajo mi punto de vista, está bien intentar conciliar una sociedad con una convivencia donde todos podamos defender nuestros derechos y, con ello, establecer una serie de normas; en cambio, no considero demasiado correcto que el permiso sea otorgado a aquellos que más estudios tengan, porque todos tenemos derecho a manifestarnos de igual manera, ya que no somos ni mejores ni peores por tener una carrera.
Esta entrada no está hecha con el fin de juzgar y criticar a las personas contrarias al manifiesto del arte callejero, porque están en todo su derecho de reivindicar sus preferencias e intereses, pero...
¿Es necesario aplicar tantas restricciones?.
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