lunes, 10 de agosto de 2015
La huella española en Estados Unidos
La huella española en los Estados Unidos es permanente. Existe una Fundación Consejo España-Estados Unidos que ha organizado exposiciones sobre las relaciones mutuas entre ambos países y editado libros sobre el asunto, y allí encontramos mucha información sobre el asunto.
En primer lugar, muchos de los topónimos americanos son de origen español. Pueden verse en esta entrada de la Wikipedia: https://en.wikipedia.org/wiki/List_of_place_names_of_Spanish_origin_in_the_United_States
Tras el viaje inaugural de Colón y el trabajo de grandes exploradores españoles en América Central y del Sur (como Bernal Díaz del Castillo, Hernán Cortés, Francisco Pizarro, Almagro, etc.), el descubridor español Ponce de León, que buscaba la fuente de la eterna juventud, descubrió Florida. Núñez de Balboa descubrió el Océano Pacífico. Y el asturiano Pedro Menéndez de Avilés fundó en 1565 San Agustín de la Florida, que es el municipio poblado con continuidad más antiguo de América del Norte.
El religioso fray Junípero Serra llevó el cristianismo a los indígenas y creó 21 misiones (San Diego, San Luis rey de Francia, San Juan Capistrano, San Gabriel Arcángel, San Fernando rey de España, San Buenaventura, Santa Bárbara, Santa Inés, Purísima Concepción, San Luis Obispo, San Miguel Arcángel, San Antonio de Padua, Nuestra Señora de la Soledad, San Carlos Borromeo, Santa Cruz, San Juan Bautista, San José de Guadalupe, Santa Clara de Asís, San Francisco de Asís, San Rafael Arcángel y San Francisco Solano).
La conquista y exploración de América estuvo vinculada a mitos como el de El Dorado, o las ciudades de Cíbola y Quivira, que impulsaron las ansias de aventura y riquezas de los aventureros. Una cosa muy curiosa que ocurrió en aquellos lejanos tiempos es que, no se sabe muy bien por qué, en el imaginario colectivo se vislumbraba California como una isla, en lugar de como una península, aunque la cartografía científica acabó con esta falsa idea de manera definitiva.
Entre los colonizadores españoles relacionados con Estados Unidos tenemos que citar entre otros a Alvar Núñez Cabeza de Vaca (autor de Naufragios, una interesantísima relación de todas sus aventuras americanas, incluidos hundimientos, apresamientos, huidas, etc.), Hernando de Soto, Coronado, Sebastián Vizcaíno, Alejandro Malaspina (autor de una interesante Relación de su propio viaje)...
Tenemos también importantes recopilaciones legales relativas a la colonización, como las ordenanzas de Felipe II de 1573 o la definitiva Recopilación de Leyes de los Reynos de las Indias, de 1680.
Allí vemos un urbanismo español característico, diferente de la malla reticular o reticular grid que impuso el presidente Thomas Jefferson en su Land Ordinance (1785) y que convirtió la parcelación y el diseño de ciudades americanas en un trazado geométrico.
La influencia española se muestra en ciudades como San Agustín de la Florida, fundada en 1565; San Antonio en Texas; Gálvez en Luisiana; San Luis de Illinoa en Misuri; Santa Fe en Nuevo México; San Juan en Puerto Rico; Panzacola en Florida y, sobre todo en Nueva Orleans, en Luisiana, donde el periodo español duró solo cuarenta años, pero fue suficiente para que la ciudad cambiase radicalmente.
Pero también en España se observa la influencia de la malla reticular americana, primero en el Eixample de Barcelona, diseñado por Cerdà, quien tomó como referencia entre otras ciudades a Boston. Y después, en los ensanches de Madrid, Valencia, Bilbao, San Sebastián...
Los españoles dejamos algunos modelos constructivos, como las misiones, las fortificaciones, los presidios (o acuartelamientos militares), las infraestructuras hidráulicas, los pueblos, las haciendas (modelo constructivo muy presente en películas populares como la saga de El Zorro).
Los ingenieros, expedicionarios y cartógrafos españoles realizaron magníficos planos del oeste americano. Y también construyeron grandes Caminos Reales, que unían el actual México con rincones y lugares estadounidenses. Muchos de esos Caminos (como el Camino Real de Tierra Adentro, el de Juan Bautista de Anza, el de los Tejas, el de las Misiones de Alta California, el Viejo Camino Español de Santa Fe a Los Ángeles) son hoy día National Historic Trails, lugares de gran atractivo turístico.
Los arquitectos españoles no han dejado de estar presentes en Estados Unidos, incluso ahora que España ya carece de influencia política allí. Casos como el del valenciano Rafael Guastavino (1842-1908) o, más recientemente, Montoliu, Josep Lluís Sert, Rafael Moneo (ambos directores de la Escuela de Diseño de Harvard durante un tiempo), Ricardo Bofill, Iñaki Ábalos...
También están presentes en Estados Unidos empresas españolas como Iberdrola, Abertis, ACS, OHL, Ferrovial, Acciona, Repsol..., haciendo proyectos relacionados con los transportes (metro de Nueva York, autopistas, puertos) o la energía (plantas solares, parques eólicos, redes de distribución de gas).
La vida colonial española en Estados Unidos, con su aura de romanticismo alimentado por cuadros, canciones y literatura, ha dejado algunas obras de interés, como la novela Ramona, de Helen Hunt Jackson (1884), ambientada en California, y numerosos edificios de estilo colonial, como El Lobero Theater, de George Washington Smith y Lutah Maria Riggs (1924) o el Tribunal del Condado de Santa Bárbara, obra de William Mooser III (1929).
En el aspecto lingüístico, el español de Estados Unidos está llamado a tener cada vez más importancia. Es una lengua que crea una identidad: la hispana, y que se define por una paradoja: como dijo el humanista y gramático Elio Antonio de Nebrija, en 1492, la lengua es "compañera del imperio", así que el español iba para lengua de dominio en Estados Unidos y se ha quedado hoy día en lengua subalterna del inglés. El español estadounidense vive en situación de diglosia, pues se asocia a falta de prestigio y pobreza. Los escritores hispanos suelen escribir en inglés, pues la educación superior es en esa lengua; el español es solo la lengua de la nostalgia y está en situación asimétrica como lengua subsidiaria y familiar. La tendencia actual es a la asimilación.
Hay nombres muy importantes de la cultura chicana, que escriben todas o algunas de sus obras directamente en español, como el escritor Rolando Hinojosa-Smith, que hoy cuenta más de 80 años (Estampas del valle, 1973; Klail City y sus alrededores; Claros varones de Belken), o Tomás Rivera (...y no se lo tragó la tierra, 1971), o Sabine Ulibarri (Mi abuela fumaba puros y otros cuentos de Tierra Amarilla, 1977) o el portorriqueño Jesús Colón o el peruano Daniel Alarcón. Pero los dos únicos autores chicanos que han ganado el Pulitzer, el cubano Oscar Hijuelos y el dominicano Junot Díaz, escriben en inglés.
Con todo, no hay que perder de vista el español de Estados Unidos, pues pronto este país será el que tenga el mayor número de hablantes hispanos del planeta;: más de 50 millones. Los hispanos han cambiado su actitud de vergüenza hacia su lengua por una actitud de orgullo, basado en la creación de una cultura propia, de una identidad marcada, en la cual la lengua es muy importante. El nuevo cine norteamericano-mexicano, con González Iñárritu y otros directores y actores a la cabeza, es un gran ejemplo de esta nueva pujanza de lo hispano.
Terminamos con este enlace interesante de la Wikipedia: palabras en inglés de origen español: https://en.wikipedia.org/wiki/List_of_English_words_of_Spanish_origin
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