XLVI
Veles e vents han mos desigs complir
faent camins dubtosos per la mar.
Mestre i ponent contra d’ells veig
armar:
xaloc, llevant los deuen subvenir
ab llurs amics lo grec e lo migjorn,
fent humils precs al vent tramuntanal
que en son bufar los sia parcial
e que tots cinc complesquen mon
retorn.
Bullirà·l
mar com la cassola en forn,
mudant color e l’estat natural,
e mostrarà voler tota res mal
que sobre si atur un punt al jorn.
Grans e pocs peixs a recors correran
e cercaran amagatalls secrets;
fugint al mar on són nodrits e fets,
per gran remei en terra eixiran.
Los
pelegrins tots ensems votaran
e prometran molts dons de cera fets;
la gran paor traurà al llum los
secrets
que al confés descoberts no seran.
En lo perill no·m caureu de l’esment,
ans votaré al Déu qui·ns ha lligats
de no minvar mes fermes voluntats
e que tots temps me sereu de present.
Jo tem la mort per
no ser-vos absent,
perquè amor per mort és anul·lats;
mas jo no creu que mon voler sobrats
pusca ésser per tal departiment.
Jo só gelós de vostre escàs voler
que, jo morint, no meta mi en oblit.
Sol est pensar me tol del món delit
car, nós vivint, no creu se pusca
fer:
aprés ma mort
d’amar perdau poder
e sia tost en ira convertit,
e jo, forçat d’aquest món ser eixit,
tot lo meu mal serà vós no veer.
Oh Déu, ¿per què terme no hi ha en
amor,
car prop d’aquell jo·m trobara tot sol?
Vostre voler sabera quant me vol,
tement, fiant, de tot l’avenidor.
Jo
són aquell pus extrem amador
aprés d’aquell a qui Déu vida tol.
Puis jo són viu, mon cor no mostra
dol
tant com la mort per sa extrema dolor.
A
bé o mal d’amor jo só dispost,
mas per mon fat fortuna cas no·m
porta.
Tot esvetlat, ab desbarrada porta,
me trobarà faent humil respost.
Jo
desig ço que·m porà ser gran cost
i aquest esper de molts mals m’aconhorta.
A mi no plau ma vida ser estorta
d’un cas molt fer, qual prec Déu sia tost;
lladoncs
les gents no·ls calrà donar fe
al que amor fora mi obrarà;
lo seu poder en acte·s mostrarà
e los meus dits ab los fets provaré.
Amor,
de vós jo·n sent més que no·n sé,
de què la part pijor me’n romandrà,
e de vós sap lo qui sens vós està.
A joc de daus vos acompararé.
XLVI
Velas y vientos cumplan mi deseo,
siguiendo dudosos caminos por la mar.
Mistral y Poniente contra ellos veo
fraguar,
más Siroco y Levante les ayudarán
junto con sus amigos Gregal y
Mediodía,
que humildemente ruegan al viento
tramontana
que les sea propicio en su soplar,
y así, los cinco, consigan mi
regreso.
Hervirá
el mar cual la cazuela en el fuego,
mudando su color y estado natural,
y mostrará querer mal a cualquier
cosa
que un instante sobre él se detenga;
peces grandes y pequeños correrán a
salvarse
y buscarán escondrijos secretos;
huirán del mar donde nacieron y
crecieron,
y su salvación en la tierra
perseguirán.
Todos
los peregrinos a la vez jurarán
y prometerán presentes hechos de
cera;
el gran pavor sacará a la luz los
secretos
que al confesor no fueron
descubiertos.
En
el peligro, no os borraréis de mi pensamiento,
antes bien haré votos al Dios que nos
ligó
para que no mengüe mi firme voluntad
y en todo momento me seais presente.
A
la muerte temo, que de vos me separa,
y porque Amor por muerte es anulado;
mas no creo que mi querer, superado
pueda ser por tal separación.
Me temo que vuestro escaso amor
me abandone al olvido, apenas yo
muera;
tan sólo este pensamiento aturde mi
placer
-pues no creo que tal suceda mientras
viva-:
que
tras mi muerte, perdáis poder de amar,
y todo él en ira se convierta,
en tanto que forzado yo a dejar este
mundo,
todo mi mal sea el de no poderos ver.
¡Oh Dios! ¿por qué no hay limite en
el amor,
si cerca de aquél yo me encontraría
solo?
Sabría cuándo vuestro querer me
quiere,
temiendo, confiándolo todo al
porvenir.
Soy
el más ferviente amador,
tras de aquel a quien la vida ya Dios
arrebató:
pues yo vivo, y mi corazón no muestra
duelo
tanto por la muerte como por su
enorme dolor.
A bien o mal de amor estoy dispuesto,
pero mi mala fortuna a tal caso no me
lleva ;
desvelado, abierta de par en par la
puerta,
me hallará respondiéndole
humildemente.
Yo
deseo aquello que tanto puede costarme,
y esta espera de muchos males me
consuela;
no me place el que mi vida esté a
salvo
de un muy grave caso, el cual pido a
Dios ocurra.
Entonces no tendrán las gentes que
dar fe
de lo que Amor fuera de mí haga;
su poder se manifestará con actos
y mis dichos con hechos probaré.
Amor,
siento de vos más que no sé,
y la peor parte me tocará:
sólo sabe de vos quien sin vos está.
Al juego de los dados os asemejáis.
(Versión
de José Batlló)
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