sábado, 4 de mayo de 2019

"Los maestros cantores de Núremberg" (1868), de Richard Wagner

Los maestros cantores de Núremberg, Die Meistersinger von Nürnberg, de Wagner, es la historia de un concurso de canto. Quien lo gane se casará con la bella Eva, la hija del orfebre o joyero, que es el presidente de la asociación de maestros cantores de la ciudad de Núremberg, en Alemania. En el siglo XVI, que es cuando está ambientada la historia, Núremberg era ciudad libre imperial, un templo renacentista y amante de las artes.

La historia se inspira en una persona real, Hans Sachs, poeta y zapatero, que vivió en el siglo XVI. Por una vez, no hay muertes, sino final feliz. Tampoco hay elementos mágicos o fantásticos, sino realismo, es casi un homenaje al espíritu teutón y a los valores de la burguesía. Wagner escribió la música y el libreto de esta ópera, una de las más largas, pues dura más de cuatro horas. Para escribir, se documentó mucho, incluyendo un libro de Jacob Grimm sobre los maestros cantores de Núremberg.

El argumento es más o menos el siguiente:

El joven Walter viaja hasta Núremberg porque allí quiere encontrar el arte, la poesía. Allí se enamora de la joven Eva, la hija del joyero. Se convoca el concurso que será realizado el día de San Juan y Walter sabe que la única manera de ganar a su chica es ganar también el concurso. Pero al concurso se presenta también otro pretendiente, y Eva no querría por nada del mundo casarse con él. Así que convence al sabio Hans Sachs, poeta y zapatero, para que le enseñe a cantar. Hans lo hace, obliga a Walter a repetir una y otra vez la canción que el joven canta y que es un sueño de amor que ha tenido. Le enseña que hay que seguir las severas reglas del arte, pero también usar la libertad y la innovación que aporta la juventud. ¿Novedad o tradición? Un bonito debate.

Walter gana el concurso, Eva se casa con él, pero no olvida que quien ha enseñado a su marido es Hans, así que lo nombra a él maestro de maestros.

Hans Sachs queda así convertido en el sabio capaz de unir lo clásico y lo moderno, la necesidad de obedecer con la de desobedecer.  Y todo ocurre el 24 de junio, una fecha mágica para la literatura y el arte, la noche en que también transcurre El sueño de una noche de verano, de Shakespeare y tantas y tantas otras obras maestras.

El argumento tiene un evidente significado simbólico. Wagner expresa sus opiniones sobre la música. Los maestros cantores serían los músicos profesionales y representan la tradición académica que no admite novedades. Hans Sachs simboliza el arte del pueblo. Walther, con el que se identifica el propio Wagner, es el artista libre de reglas que alcanza su propio lenguaje sin sujetarse a las convenciones. Pero en el final de la ópera, Hans Sachs recuerda la importancia de los maestros, que mantienen la tradición, haciendo además un discurso nacionalista sobre el arte alemán.

El aria más famosa de la ópera es "Morgenlich Leuchtend", la canción de Walther, la que canta en el concurso y le hace ganar. Al final de ella dice haber juntado "Parnaso y Paraíso", es decir, las delicias del Amor y las del Arte. Casi nada.



Morgenlich leuchtend (Walthers Preislied)
WALTHER
"Morgenlich leuchtend im rosigen Schein,
Von Blüt' und Duft
Geschwellt die Luft,
Voll aller Wonnen,
Nie ersonnen,
Ein Garten lud mich ein,
Dort unter einem Wunderbaum,
Von Früchten reich behangen,
Zu schau'n in sel'gem Liebestraum,
Was höchstem Lustverlangen.
Erfüllung kühn verhieß,
Das schönste Weib:
Eva im Paradies!"

MEISTERSINGER
(Meister und Volk leise flüsternd)
Ja wohl, ich merk', 's ist ein ander Ding,
ob falsch man oder richtig sing'.

VOLK
Das ist was andres, wer hätt's gedacht;
was doch recht Wort und Vortrag macht!

SACHS
Zeuge am Ort,
fahret fort!

WALTHER
"Abendlich dämmernd umschloss mich die Nacht;
Auf steilem Pfad
War ich genaht
Zu einer Quelle
Reiner Welle,
Die lockend mir gelacht:
Dort unter einem Lorbeerbaum,
Von Sternen hell durchschienen,
Ich schaut' im wachen Dichtertraum,
Von heilig holden Mienen,
Mich netzend mit dem edlen Nass,
Das hehrste Weib,
Die Muse des Parnass!"

MEISTERSINGER
's ist kühn und seltsam, das ist wahr;
Doch wohlgereimt und singebar.

VOLK
So hold und traut so fern es schwebt;
Doch ist's, als ob man's miterlebt!

SACHS
Zeuge, wohl erkiest;
Fahret fort, und schließt!

WALTHER
"Huldreichster Tag,
Dem ich aus Dichters Traum erwacht!
Das ich erträumt, das Paradies,
In himmlisch neu verklärter Pracht
Hell vor mir lag,
Dahin lachend nun der Quell den Pfad mir wies;
Die, dort geboren,
Mein Herz erkoren,
Der Erde lieblichstes Bild,
Als Muse mir geweiht,
So heilig hehr als mild,
Ward kühn von mir gefreit,
Am lichten Tag der Sonnen,
Durch Sanges Sieg gewonnen
Parnass und Paradies!"

WALTHER
"Iluminado por los rosados
tonos de la aurora,
inundando el aire
del aroma de sus flores,
lleno de delicias
jamás imaginadas,
un jardín me invitaba... 

(Kothner, asaltado por repentina
emoción, deja caer la hoja, en
la que, en unión de otros maestros,
había comenzado a leer)

Allí, bajo un árbol prodigioso,
de frutas ricamente ornado,
pude ver en divino sueño de amor
aquello que prometía satisfacción 
al atrevido anhelo:
la más bella mujer,
Eva, en el Paraíso".

PUEBLO
(en voz baja)
¡Esto es otra cosa! 
¿Quién lo hubiera pensado?
¡Lo que hacen has palabras exactas 
y una buena dicción!

MAESTROS
(en voz baja)
¡De acuerdo! ¡Ya lo veo! 
¡Es totalmente otra cosa!

SACHS
¡Testigo, a vuestro sitio!
¡Proseguid!

WALTHER
"Con crepusculares tonos 
vino sobre mí la noche.
Por escarpada senda
llegué junto 
a un manantial
de cristalinas aguas,
seductoras.
Allí, bajo un laurel,
de claros astros rodeada,
vi en el sueño del poeta,
en las ondas bellamente
reflejada,
a la mujer más sublime,
la musa del Parnaso".

PUEBLO
(siempre en voz baja, para sí)
A la vez suena familiar y lejano,
pero es como si yo mismo 
lo hubiese vivido.

MAESTROS
Es atrevido y raro, no hay duda;
pero bien rimado y muy cantable.

SACHS
¡Escoged bien, testigo,
continuad y concluid!

WALTHER
(con gran ardor)
"¡Glorioso día
el de mi despertar 
del sueño del poeta!
Allí se mostraba
el Paraíso por mí soñado
en celestial y transfigurada majestad:
¡Su camino me indicó la fuente!
¡La allí nacida,
la elegida de mi corazón,
la más sublime imagen en la tierra,
tan divina como deliciosa,
fue por mi osadía cortejada,
y a la clara luz del sol
el canto victorioso
hizo suyos
Parnaso y Paraíso!"

Más información:
  • Alcolea, Ana (2018), El maravilloso mundo de la ópera.  Ilustr.: Óscar T. Pérez. Madrid: Anaya.

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