"Gamificación" (en inglés, "Gamification") es una palabra que últimamente se usa con frecuencia para referirse a la escuela. Procede del inglés "game" y significa "acercamiento de las clases al juego", o más precisamente:
"el empleo de mecánicas de juego en entornos y aplicaciones no lúdicas con el fin de potenciar la motivación, la concentración, el esfuerzo, la fidelización y otros valores positivos comunes a todos los juegos. Se trata de una nueva y poderosa estrategia para influir y motivar a grupos de personas."Algo así como "ludificación", palabra que derivaría del latín "ludus", "juego", y que es sobradamente más castiza, según propone la RAE. También se podría traducir como "jueguización" o "juguetización".
Y es que en español tenemos la palabra juego (y su familia: juguete, jugar, juguetón...) y la raíz ludus (ludismo, lúdico/-a, ludópata...) para referirse al mundo "gamificante". Y las dos son de origen latino: "iocum" y "ludus-ludere", ambas hacen referencia a broma, diversión, chiste...
La palabra latina iocum está también en otras lenguas: it. “gioco”, fr. “jeu”, port. “jogo”, cat. “joc” con el mismo significado que en cast., pero también ingl. “joke” – “chiste, broma” y en cast. “jocoso” – “chistoso”.
La gamificación gana rápidamente adeptos en el mundo de la educación y, sobre todo, en el de la empresa.
"Gamificar" la escuela tiene aspectos positivos y negativos. Por un lado, las clases se hacen más amenas y participativas, conforme a los dictados de la moderna pedagogía. Por otro, puede conducir a una renuncia al proyecto ilustrado que, desde el siglo XVIII, la escuela ha llevado a cabo. Espíritu crítico, pensamiento, reflexión pueden verse sustituidos por un simple activismo entretenido que convierta a la escuela en un local de animación sociocultural donde se entretiene, pero... ¿se forma?, ¿se enseña a ser reflexivo, crítico con el poder y lo establecido?
Lo que si queda claro es que el inglés parece haber sustituido hoy día al latín como lengua generadora de neologismos. Eso también ha llevado a plantear si el inglés es una lengua neoimperialista, incluso genocida, como han dicho algunos lingüistas, pues arrincona y hace desaparecer otras lenguas.
Por otro lado, un brillante medievalista, historiador y antropólogo, Johann Huizinga, conocido por su obra magna El otoño de la Edad Media, es también autor de un libro donde analiza la dimensión lúdica del ser humano como constituyente esencial de nuestro proceso de hominización. La obra se titula Homo ludens.
Para pensar.
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