Con un nombre sé nombrar,
¿te lo nombro?, un mundo entero.
Basta con decir: Pilar.
(... ¡Y eso que no piensas tú en quien yo pienso!)
Con las cuatro letras, di,
¿de la fuente al delta?: Ebro.
Nómbrame todo su nombre
de mar a mar: Pirineo.
¿Y Aragón?... No es el Pilar,
ni la jota (... ¡ni Torrero!)
Ni la luz de Albarracín
ni una sombra en los Monegros.
No es una errata del mapa;
a la vez es Triste y Bello.
Uno en Huesca, otro en Teruel...
y tú, maña, ¡siempre en medio!
Aragón somos tú y yo,
un mismo latir el pecho,
fundidos en un abrazo
sobre montes y desiertos,
sobre distancias y ausencias,
sobre la historia y el tiempo.
Añorar lo que no vimos,
soñar lo que no veremos.
¡Anda, que quererte a ti
es como abrazar al cierzo!
Un pueblo en los mapas es
como un nombre escrito en piedra.
De Castiello a Castelnou,
¡ay, amor, qué poca y cuánta almena!
Ni Uncastillo (... ni un millar)
van a poder defendernos.
Torres, Torrellas y Muro...
¡y el desierto ya está dentro!
Fuendetodos, Pozondón,
Remolinos y Aguaviva.
¡Mira si es seco Aragón,
que al nombrarlo, el agua brinca!
Poca gente y bien dispar:
Griegos, Romanos y Moros.
Godos y Doña Godina...
¡Todos a una, que es de todos!:
Aragón somos tú y yo,
un mismo latir el pecho,
fundidos en un abrazo
sobre montes y desiertos,
sobre distancias y ausencias,
sobre la historia y el tiempo.
Aragón somos tú y yo
y el viento, ¡nación del cierzo!
Uno y uno aquí no es dos;
uno y uno somos ¡once!
... A su aire cada cual,
y según el viento sople.
Añorar lo que no hicimos,
soñar que tal vez haremos...
Si un día soplamos todos...
Aragón, ¡bandera al viento!
Con tu nombre nombraré
lo que calle y lo que nombre;
lo que es, lo que no es,
lo que enseñas y también que me escondes.
Lo que recibí al llegar
y dejaré cuando marche.
No miento si digo "hijica";
tampoco al decirte "madre".
Suelo llamarte "país",
(y no es que "nación" me espante.)
Río, pueblo, tierra, hogar:
di Aragón, que ya es bastante.
Abro al mundo las ventanas
y la patria dejo en casa.
¿A quién le importa mi nombre?
El que te nombre, me llama.
Aragón somos tú y yo,
un mismo latir el pecho,
fundidos en un abrazo
sobre montes y desiertos,
sobre distancias y ausencias,
sobre la historia y el tiempo.
Aragón somos tú y yo
y el viento, ¡nación del cierzo!
Uno y uno aquí no es dos;
uno y uno somos ¡once!
... A su aire cada cual,
y según el viento sople.
Aragón somos tú y yo
y el viento, ¡y quien quiera serlo!
Tierra de las libertades;
la del Justicia y los Fueros.
Dar el grito de apellido: "¡Aragón!"
es nombrar un mundo nuevo.
¡No añoréis lo que ya fuimos!...
¡Soñad lo que aún seremos!
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