Dicen que tienes veneno en la piel
y es que estás hecha de plástico fino.
Dicen que tienes un tacto divino
y quien te toca se queda con él.
Y si esta noche quieres ir a bailar,
vete poniendo el disfraz de pecadora,
pero tendrás que estar lista en media hora
porque, si no, yo no te paso a buscar.
Pero primero quieres ir a cenar
y me sugieres que te lleve a un sitio caro,
a ver si aceptan la cartilla del paro,
porque, si no, lo tenemos que robar.
Yo voy haciéndome la cuenta de cabeza
y tú prodigas tu sonrisa con esmero
y te dedicas a insultar al camarero
y me salpicas con espuma de cerveza.
Y aquí te espero en la barra del bar,
mientras que tú vas haciendo discoteca.
Como te pases, te lo advierto, muñeca,
que yo, esta vez, no te voy a rescatar.
Te crees que eres una bruja consumada
y lo que pasa es que estás intoxicada;
y eso que dices que ya no tomas nada,
pero me dicen por ahí: "Que sí, que sí,
que sí, que sí", y dicen, dicen...
Dicen que tienes veneno en la piel
y es que estás hecha de plástico fino.
Dicen que tienes un tacto divino
y quien te toca se queda con él.
Dices que yo no soy tu hombre ideal
mientras hojeas con soltura una revista
y me pregunto si tendrás alguna pista
o alguna foto de tu "tal para cual".
Te crees que eres una bruja consumada
y lo que pasa es que estás intoxicada;
y eso que dices que ya no tomas nada,
pero me dicen por ahí: "Que sí, que sí,
que sí, que sí", y dicen, dicen...
Dicen que tienes veneno en la piel
y es que estás hecha de plástico fino.
Dicen que tienes un tacto divino
y quien te toca se queda con él.
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