Me parece una entrada muy interesante y creo que puede servirnos para reflexionar sobre la situación actual(la crisis de refugiados,el ascenso de regímenes ultra al poder como el de Trump o Le pen)
Sin duda alguna, el miedo a lo diferente es una de las claves del fascismo como bien dice Eco. No hay nada que nos aterre más que una invasión. En cualquier sentido: territorial, poder, personal, familiar... y entendamos invasión como pérdida de protagonismo. E igual es ese el problema: queremos ser nosotros y sólo nosotros poniéndonos una venda ante lo diferente sin pararnos a pensar que gracias a lo diferente existen nuestras posturas. Un fascismo no es nada más que una falta de respeto hecha costumbre y autoridad, el llevar por bandera el adoctrinamiento, el miedo, la sumisión y el someter. Un fascismo es querer ser sin dejar que los demás sean. Un fascismo es, pues, una falta de coherencia. Muy a mi pesar, a día de hoy los rescoldos de los totalitarismos siguen echando cierto humo, sigue habiendo rastro de todo lo que fue, de todo lo que se llevó y de todo lo que se lleva. Una gran pena que una ideología quiera pasar por encima de los demás. Una pena porque ya no sólo no es una ideología más, sino que es menos que cualquier otra.
Me parece una entrada muy interesante y creo que puede servirnos para reflexionar sobre la situación actual(la crisis de refugiados,el ascenso de regímenes ultra al poder como el de Trump o Le pen)
ResponderEliminarSin duda alguna, el miedo a lo diferente es una de las claves del fascismo como bien dice Eco.
ResponderEliminarNo hay nada que nos aterre más que una invasión. En cualquier sentido: territorial, poder, personal, familiar... y entendamos invasión como pérdida de protagonismo. E igual es ese el problema: queremos ser nosotros y sólo nosotros poniéndonos una venda ante lo diferente sin pararnos a pensar que gracias a lo diferente existen nuestras posturas.
Un fascismo no es nada más que una falta de respeto hecha costumbre y autoridad, el llevar por bandera el adoctrinamiento, el miedo, la sumisión y el someter. Un fascismo es querer ser sin dejar que los demás sean. Un fascismo es, pues, una falta de coherencia.
Muy a mi pesar, a día de hoy los rescoldos de los totalitarismos siguen echando cierto humo, sigue habiendo rastro de todo lo que fue, de todo lo que se llevó y de todo lo que se lleva. Una gran pena que una ideología quiera pasar por encima de los demás. Una pena porque ya no sólo no es una ideología más, sino que es menos que cualquier otra.