Todos sabemos que hoy, martes, 14 de abril, es el aniversario de la proclamación de la Segunda República en España. La bandera republicana tiene tres colores: rojo, amarillo y morado. Ergo... No hace falta decir que la iluminación del Puente de Piedra es un homenaje a tan señalada fecha del calendario español.
Pero... ¿cómo lo hemos sabido? Simplemente, gracias a nuestro conocimiento enciclopédico del mundo.
Supongamos que no sabemos nada de la Segunda República española, ignoramos que su bandera tiene esos tres colores y no conocemos nada acerca del 14 de abril como onomástica destacada del calendario.
¿Podríamos, entonces, entender el mensaje?
El lingüista y antropólogo Gregory Bateson (1904-1980), de la escuela de Palo Alto, California, EUA (la misma a la que perteneció otro gran maestro, Paul Watzlawick), fue un gran buscador de los vínculos de los sistemas humanos. Acuñó varias citas memorables, como estas:
Y sobre todo, se hizo famoso por una frase:
- "La ciencia nunca prueba nada"
- "El mapa no es el territorio".
- "No hay experiencia objetiva; toda experiencia es subjetiva".
Pues bien, esa es la clave de la interpretación. Para entender los mensajes simbólicos, debemos entender "la pauta que conecta" con ellos. Ella es la puerta de entrada al sentido. En este caso, por ejemplo, la clave está en los colores de la bandera republicana proyectados sobre el puente. Sin ella, no podemos percibir el mensaje, no entenderíamos su significado. La clave son los colores y la fecha del calendario, claro, porque en un día de diario no se suelen proyectar los colores republicanos sobre ningún puente o edificio público alguno.
- "la pauta que conecta".
Es por eso por lo que resulta tan importante, sobre todo en la edad escolar, que los jóvenes acuñéis el conjunto básico de referencias culturales de nuestro entorno. Lo que Gustave Flaubert llamó con ironía el Diccionario de ideas recibidas o de lugares comunes. Esa es una de las funciones prioritarias de los sistemas educativos: la cultura de base, el sistema de tópicos que fundamentan la mayor parte de nuestras creencias y referencias culturales. Ese sistema, en las sociedades modernas, se crea en la escuela y se apuntala cada día, ampliándose o rehaciéndose, en los medios de comunicación. Antes, se decía que la cátedra y el púlpito eran las que unificaban a la tribu. Hoy día, ese papel lo hacen la escuela y la televisión, los media. Y las redes sociales.
Vayamos a otro ejemplo de interpretación, relacionado con la Semana Santa que acabamos de vivir:
Es evidente la clave de humor de la imagen, que circuló por los grupos de Whatsapp el Domingo de Resurrección. Para los cristianos, es un día de alegría, después de la semana de dolor y de pasión.
Pero aquí, Jesús pregunta dubitativo en italiano: "¿Se puede salir o no?"
La gracia solo se entiende si se comprende el contexto en que es producido el dibujo. Para que la entendamos, para que podamos comprender el sentido del humor, es imprescindible que detectemos varias cosas:
1. En primer lugar, la iconografía cristiana de Jesús con su túnica blanca, sus sandalias, su barba y su salida del sepulcro en el día de la resurrección ("Al tercer día, resucitó", dice el Nuevo Testamento). La tradición imaginística religiosa ha creado una determinada manera de representar a Cristo. ¿Podemos imaginarlo gordo, con gafas, con traje? Solo en la mirada de algunos artistas de ruptura, como el colombiano Fernando Botero sería posible encontrar una representación de ese cariz.
2. En segundo lugar, la situación actual de aislamiento e incomunicación producida por la pandemia del coronavirus.
3. En tercer lugar, la frase que dice Jesús en italiano y que no es demasiado difícil de traducir al castellano, aunque uno no conozca la lengua de Dante. Jesús pregunta si se puede salir o no, y lo hace porque todos sabemos que esperan importantes multas a quienes se atrevan a infringir la norma del aislamiento social decretada por las autoridades.
Solo entonces es posible relacionar todo eso y traerlo hasta el presente, hasta la situación que todos y cada uno de nosotros estamos viviendo / padeciendo hoy: el coronavirus. Y solo entonces podremos esbozar una sonrisa ante el dibujo que contemplamos (dejando al margen que está cargado de cierta irreverencia, lo que puede hacer que a algunos, en vez de a reír, les invite a enfadarse, por encontrarlo burlón).
El dibujo funciona como un "as if", un "como si...", una hipótesis imposible o improbable: ¿qué pasaría si...? Nos hace imaginar como real una situación imaginaria o ficticia.
En este otro dibujo sobre el mismo tema, aún se especifica más el temor de Jesús al salir del sepulcro, gracias a la presencia del policía con mascarilla que le conmina: "¡Ni se te ocurra!" El mecanismo utilizado en este caso es el del anacronismo, es decir, situar en una sola imagen cosas que corresponden en la realidad a dos momentos históricos distintos, a dos situaciones muy separadas cronológicamente: la Judea de Jesús, ubicada en los primeros años de la cronología gregoriana (año 33 d. de C) y el coche patrulla de ahora, con su sirena, su logo policial y su conductor uniformado y con mascarilla.
Los seres humanos somos capaces de hacer operaciones cognoscitivas de orden superior casi sin darnos cuenta. Tenemos un cerebro que hace operaciones complejas a gran velocidad y con eficacia y sencillez. El mejor de los ordenadores. Capaz de realizar operaciones intelectuales del más alto nivel, de operar con símbolos en ausencia de los objetos a los que representan, de acometer abstracciones, inferencias, deducciones, de plantear hipótesis... El filósofo Edward Cassirer definió al ser humano como "homo simbolicus", ente que trabaja con símbolos.
La gran enseñanza de Bateson es que debemos estar atentos a todo tipo de símbolos que nos rodean y sentir curiosidad para descifrarlos, pues solamente así podremos acceder a su significado. Charles Baudelaire hablaba de "la forêt de symboles", el bosque de símbolos que nos rodea. Vivimos rodeados de signos, pero solo si sabemos entenderlos seremos capaces de percibir el mundo en toda su riqueza. Debemos desarrollar en los jóvenes el interés semiótico, la curiosidad por comprender e interpretar los signos que nos rodean, tanto los verbales como los no verbales.
Imaginemos, por ejemplo, que alguien dice, respecto de la fotografía del puente que hemos puesto al principio de esta entrada: "¡Bah, yo no soy republicano!" Bien, pero aunque sea así, uno solo puede entender el porqué de la iluminación del puente zaragozano si conoce mínimamente qué fue la Segunda República.
Alguien podría decir, igualmente, en cuanto a los dos dibujos que siguen: "Pero es que yo no soy creyente, así que no me interesa nada de Jesús". De acuerdo, pero es indiscutible que los códigos cristianos están tan presentes en nuestra sociedad, en nuestro día a día, que hasta sirven para hacer chistes. Son millones las personas que viven en el mundo de hoy con esa creencia de la resurrección. Es algo que no podemos dejar de conocer, cuando menos culturalmente hablando, porque si lo ignoramos no podremos entender el comportamiento de miles de personas a nuestro alrededor.
En definitiva, Bateson nos enseña a mirar la realidad con los ojos del científico que busca, curioso, la explicación del fenómeno: la pauta que conecta. Nos muestra que la ignorancia al único sitio adonde puede llevarnos es a la incomprensión, a la falta de entendimiento de la realidad, a la incompetencia cultural. La mejor brújula para navegar por el mundo es, y siempre ha sido, la cultura. Y el mejor mecanismo de orientación, la curiosidad. El desinterés o el desconocimiento hacen que nos perdamos en el camino; nos aíslan, consiguen que vivamos con menor plenitud.
Así pues, está en nuestras manos: ¿quién queremos ser? ¿El científico que busca? ¿El sectario que desdeña?¿Cuál es nuestra idea de la cultura? ¿Es un conjunto de certezas o una apuesta por la incertidumbre? ¿Qué camino sigue el sabio, el de las seguridades o el del riesgo? ¿Es mejor comprender o ignorar?
Feliz camino para todos.
3. En tercer lugar, la frase que dice Jesús en italiano y que no es demasiado difícil de traducir al castellano, aunque uno no conozca la lengua de Dante. Jesús pregunta si se puede salir o no, y lo hace porque todos sabemos que esperan importantes multas a quienes se atrevan a infringir la norma del aislamiento social decretada por las autoridades.
Solo entonces es posible relacionar todo eso y traerlo hasta el presente, hasta la situación que todos y cada uno de nosotros estamos viviendo / padeciendo hoy: el coronavirus. Y solo entonces podremos esbozar una sonrisa ante el dibujo que contemplamos (dejando al margen que está cargado de cierta irreverencia, lo que puede hacer que a algunos, en vez de a reír, les invite a enfadarse, por encontrarlo burlón).
El dibujo funciona como un "as if", un "como si...", una hipótesis imposible o improbable: ¿qué pasaría si...? Nos hace imaginar como real una situación imaginaria o ficticia.
En este otro dibujo sobre el mismo tema, aún se especifica más el temor de Jesús al salir del sepulcro, gracias a la presencia del policía con mascarilla que le conmina: "¡Ni se te ocurra!" El mecanismo utilizado en este caso es el del anacronismo, es decir, situar en una sola imagen cosas que corresponden en la realidad a dos momentos históricos distintos, a dos situaciones muy separadas cronológicamente: la Judea de Jesús, ubicada en los primeros años de la cronología gregoriana (año 33 d. de C) y el coche patrulla de ahora, con su sirena, su logo policial y su conductor uniformado y con mascarilla.
Los seres humanos somos capaces de hacer operaciones cognoscitivas de orden superior casi sin darnos cuenta. Tenemos un cerebro que hace operaciones complejas a gran velocidad y con eficacia y sencillez. El mejor de los ordenadores. Capaz de realizar operaciones intelectuales del más alto nivel, de operar con símbolos en ausencia de los objetos a los que representan, de acometer abstracciones, inferencias, deducciones, de plantear hipótesis... El filósofo Edward Cassirer definió al ser humano como "homo simbolicus", ente que trabaja con símbolos.
La gran enseñanza de Bateson es que debemos estar atentos a todo tipo de símbolos que nos rodean y sentir curiosidad para descifrarlos, pues solamente así podremos acceder a su significado. Charles Baudelaire hablaba de "la forêt de symboles", el bosque de símbolos que nos rodea. Vivimos rodeados de signos, pero solo si sabemos entenderlos seremos capaces de percibir el mundo en toda su riqueza. Debemos desarrollar en los jóvenes el interés semiótico, la curiosidad por comprender e interpretar los signos que nos rodean, tanto los verbales como los no verbales.
Imaginemos, por ejemplo, que alguien dice, respecto de la fotografía del puente que hemos puesto al principio de esta entrada: "¡Bah, yo no soy republicano!" Bien, pero aunque sea así, uno solo puede entender el porqué de la iluminación del puente zaragozano si conoce mínimamente qué fue la Segunda República.
Alguien podría decir, igualmente, en cuanto a los dos dibujos que siguen: "Pero es que yo no soy creyente, así que no me interesa nada de Jesús". De acuerdo, pero es indiscutible que los códigos cristianos están tan presentes en nuestra sociedad, en nuestro día a día, que hasta sirven para hacer chistes. Son millones las personas que viven en el mundo de hoy con esa creencia de la resurrección. Es algo que no podemos dejar de conocer, cuando menos culturalmente hablando, porque si lo ignoramos no podremos entender el comportamiento de miles de personas a nuestro alrededor.
En definitiva, Bateson nos enseña a mirar la realidad con los ojos del científico que busca, curioso, la explicación del fenómeno: la pauta que conecta. Nos muestra que la ignorancia al único sitio adonde puede llevarnos es a la incomprensión, a la falta de entendimiento de la realidad, a la incompetencia cultural. La mejor brújula para navegar por el mundo es, y siempre ha sido, la cultura. Y el mejor mecanismo de orientación, la curiosidad. El desinterés o el desconocimiento hacen que nos perdamos en el camino; nos aíslan, consiguen que vivamos con menor plenitud.
Así pues, está en nuestras manos: ¿quién queremos ser? ¿El científico que busca? ¿El sectario que desdeña?¿Cuál es nuestra idea de la cultura? ¿Es un conjunto de certezas o una apuesta por la incertidumbre? ¿Qué camino sigue el sabio, el de las seguridades o el del riesgo? ¿Es mejor comprender o ignorar?
Feliz camino para todos.