viernes, 15 de enero de 2021

Ana Tena Puy, escritora aragonesa y en aragonés

 Ana Tena Puy (Paniello, Huesca, 1966) es una escritora aragonesa que escribe en aragonés. Aquí tenéis uno de sus poemas, que es una reescritura del tópico del Carpe diem:

APRISA!

Yo cuan eba chicota

diba: «cuan seiga gran

seré...

feré...

iré...».

Agora soi gran y

quiero fer...

quiero ser...

quiero ir... 

Ya pa cuan seiga biella

po que tienga que dir:

«ba!», no ba fer cosa.

No ba ser cosa.

Ta dengún lau he iu.

Tiengo que dar-me prisa!

 

 ¡DEPRISA!

Yo cuando era pequeña

decía: «cuando sea mayor

seré...

haré...

iré...».

Ahora soy mayor y

quiero hacer…

quiero ser...

quiero ir...

Ya para cuando sea vieja

puede que tenga que decir:

«¡bah!», no hice nada.

No fui nada.

A ningún sitio he ido.

¡Tengo que darme prisa!

(Tomado de Bardo que alenta, 1998)


Ana Tena Puy nació en 1966 en Paniello, (Graus, Comarca de La Ribagorza), es miembro del Consello d’a Fabla Aragonesa y de la Academia de l’Aragonés. Escritora en aragonés ribagorzano, en sus obras se mezclan introspección personal e interés social.

En su obra narrativa destaca su novela Ta óne im (1997), con la que ganó el IV premio internacional de novela corta «Chusé Coarasa» en 1996 y que fue reeditada en 2017. También ha publicado diferentes relatos y narraciones cortas como Tornasols (1997), Rayadas de sols en pardinas obagas (1998), La bollonera d’un alma (2001), Cuentos pa biladas sin suenio (2001), Más allá (2003), L’ombre la santeta (2006), con el que obtuvo el «IV Premio literario Billa de Siétamo» en 2005, La garnacha Secastilla (2013), con el que ganó el premio de narración breve en el IX Premio «Lo Grau» (2006) o En llegan ta’l sabuquero (2013), que obtuvo el IX Premio Internazional de Nobela Curta «Chusé Coarasa» (2011).

Entre sus poemarios destacan Zinco poesías tristas y una canta d’asperanza (1997), Y la lluna se sentiba (1998) y Como minglanas, colección de 246 haikus, con el que ganó el XI premio «Ana Abarca de Bolea» en 2006.

martes, 12 de enero de 2021

Los significados de un café solo

 Que la lengua es ambigua lo demuestran frases como esta:

Toma el café solo.

Puede tener varios significados. A ver si me ayudas a descifrarlos todos:

* Toma el café negro, sin leche y sin azúcar.

* Toma el café sin compañía, en soledad.

* Toma el  café sin ningún acompañamiento, sin galletas ni bollos.

* Tú, chico, de todas las cosas que haya allí, toma solamente el café. Y nada más.

Igual encuentras alguna más. Ahora veamos otras frases. ¿Ves algunas diferencias?:

* La cara de niño de Juan / La cara del niño de Juan.

* [Hablaba [a los alumnos de lingüística]] / [Hablaba a los alumnos] [de lingüística]

* [El análisis [de la situación de los empleados]] / [El análisis de la situación] [de los empleados]

* [La descripción [del cuadro de María] / [La descripción del cuadro] [de María].

* Exposición de alumnos: ¿son los alumnos los que se exponen o exponen las obras de los alumnos?


"Camelania espeluficia", de Juan Pérez de Zúñiga

 Entre las poesías raras de la lengua española, esta se lleva la palma. Se trata de un poema en el que hay ritmo poético, pero las palabras no significan nada. Recuerda algunos experimentos lingüísticos del argentino Julio Cortázar, autor de la inmortal Rayuela e inventor del gíglico. un lenguaje en galimatías.

 Y ahora a plantearse cuestiones de morfología: ¿qué categoría tiene "pandurga"?, ¿cómo se conjuga "rememurciar"?, ¿qué estructura es "que encalambrija"?...

El autor de esta distracción, "Camelania espeluficia", puro gongorismo, es Juan Pèrez de Zúñiga (Madrid,1860-1938). Fue también el creador de la pintoresca "Serenata" que así comienza:

"Ahora que los ladros perran- ahora que los cantos gallan- ahora que albando la toca- las altas suenas campanan y que los rebuznos burran y que los jorjéos pájaran- y que los sílbidos suenan- y que los gruños marranan- y que la aurorada rosa- los extensos doras campa perlando líquidas viertas- cual yo lágrimas derraman- yo, friando de tirito- vengo a suspirar mis lanzos- ventano de tus debajas."

 Y hablando de cosas pintorescas, Francisco de Quevedo, que era gran enemigo del culteranismo de Góngora, le dedicó estos sonetos satíricos:

De Francisco de Quevedo y Villegas:

A Góngora

    ¿Qué captas, noturnal, en tus canciones,
Góngora bobo, con crepusculallas,
si cuando anhelas más garcivolallas,
las reptilizas más y subterpones?

Microcósmote Dios de inquiridiones,
y quieres te investiguen por medallas
como priscos, estigmas o antiguallas,
por desitinerar vates tirones.

Tu forasteridad es tan eximia,
que te ha de detractar el que te rumia,
pues ructas viscerable cacoquimia,

farmacofolorando como numia,
si estomacabundancia das tan nimia,
metamorfoseando el arcadumia.

 

Yo te untaré mis obras con tocino
porque no me las muerdas, Gongorilla,
perro de los ingenios de Castilla,
docto en pullas, cual mozo de camino;

apenas hombre, sacerdote indino,
que aprendiste sin cristus la cartilla;
chocarrero de Córdoba y Sevilla,
y en la Corte bufón a lo divino.

¿Por qué censuras tú la lengua griega
siendo sólo rabí de la judía,
cosa que tu nariz aun no lo niega?

No escribas versos más, por vida mía;
aunque aquesto de escribas se te pega,
por tener de sayón la rebeldía.

 

 Este cíclope, no siciliano,
del microcosmo sí, orbe postrero;
esta antípoda faz, cuyo hemisferio
zona divide en término italiano;

este círculo vivo en todo plano;
este que, siendo solamente cero,
le multiplica y parte por entero
todo buen abaquista veneciano;

el minoculo sí, mas ciego vulto;
el resquicio barbado de melenas;
esta cima del vicio y del insulto;

éste, en quien hoy los pedos son sirenas,
éste es el culo, en Góngora y en culto,
que un bujarrón le conociera apenas.

 

 Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.

Era un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.

Érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce Tribus de narices era.

Érase un naricísimo infinito,
muchísimo nariz, nariz tan fiera
que en la cara de Anás fuera delito.

 

Vuestros coplones, cordobés sonado,
sátira de mis prendas y despojos,
en diversos legajos y manojos,
mis servidores me lo han mostrado.

Buenos deben de ser pues han pasado
por tantas manos y por tantos ojos,
aunque mucho me admira en mis enojos
de que cosa tan sucia hayan limpiado.

No los tomé porque temí cortarme
por lo sucio, muy más que por lo agudo;
ni los quise leer por no ensuciarme.

Y así, ya no me espanta el ver que pudo
entrar en mis mojones a inquietarme
un papel de limpieza tan desnudo.

 

 A don Francisco de Quevedo (atribuido)

Cierto poeta, en forma peregrina
cuanto devota, se metió a romero,
con quien pudiera bien todo barbero
lavar la más llagada disciplina.

Era su benditísima esclavina,
en cuanto suya, de un hermoso cuero,
su báculo timón del más zorrero
bajel, que desde el Faro de Cecina

a Brindis, sin hacer agua, navega.
Este sin landre claudicante Roque,
de una venera justamente vano,

que en oro engasta, santa insignia,
aloque, a San Trago camina, donde llega:
que tanto anda el cojo como el sano.

 

 Tantos años y tantos todo el día;
menos hombre, más Dios, Góngora hermano.
No altar, garito sí; poco cristiano,
mucho tahúr; no clérigo, sí arpía.

Alzar, no a Dios, ¡extraña clerecía!,
misal apenas, naipe cotidiano;
sacar lengua y barato, viejo y vano,
son sus misas, no templo y sacristía.

Los que huelen tu musa y sus emplastos
cuando en canas y arrugas te amortajas,
tal epitafio dan a tu locura:

«Yace aquí el capellán del rey de bastos,
que en Córdoba nació, murió en Barajas
y en las Pintas le dieron sepultura.»

 El culteranismo, mal que le pesase a Quevedo, trascendió y tuvo seguidores, incluso allende nuestras fronteras. Por ejemplo, en Perú, lo imitaron Juan de Espinosa y Medrano y Ramón Dolores Pérez (1868-1956).

Ambigramas, palíndromos y otros juegos del lenguaje

 Los ambigramas son palabras de significado ambiguo. Por ejemplo, esta poesía que puede leerse de arriba abajo o de abajo arriba con significado diferente:

Te adoro con frenesí,

di que miento si digo:

Solamente soy tu amigo.

Cual lo eres tú para mí.

No quiero chanzas aquí.

Con mi ternura y afán;

el temor del qué dirán

no pone valla a mi amor.

Si dicen que con ardor

mintiendo mis labios van.

También se habla en estos casos de bifrontismo poético, porque el poema puede tener más de una lectura. Puede ocurrir a veces que al leer en uno u otro sentido el significado de la poesía no cambie. Como por ejemplo, en este caso:

Inténtelo quien lo intente.
Hasta que el golpe esté dado
De lo que se haya tratado
Nada se sabrá, es patente.
En esta ocasión presente
Mucho se ve disponer;
Penetrar lo que ha de ser
En lo posible no cabe.
Quien más calla, éste lo sabe:
Todos hablan sin saber.

En fin, cosas del lenguaje.