En español no existe una preposición para decir "en casa de..." como sí ocurre en otras lenguas románicas, como el italiano ("da") o el francés ("chez"), que son en este punto más sintéticas que la nuestra. En castellano, debemos recurrir al modo perifrástico, es decir, a la locución preposicional "en (la) casa de".
Así, por ejemplo, diremos: "Nos vemos en mi casa / en casa de Luis / en la casa de Rosa"... También se usa la palabra "casa" para referirnos no al hogar, sino a algún negocio, especialmente de restauración: "Casa Emilio", "Casa Manolo", etc., quizás porque en el mundo de los trabajadores autónomos, donde imperan las larguísimas jornadas laborales, es normal y comprensible la conversión del local de trabajo en refugio hogareño.
Este uso de la palabra "casa" referida al lugar de trabajo se da también otras lenguas ibéricas, como el asturiano: "Ca mi Güelu", "Ca Antón", "Cá Nene", "Ca' Susín", con apócope del vocablo, que puede verse escrito con o sin acento, con o sin apóstrofe.
Un uso coloquial enormemente llamativo en castellano es la expresión "casa Dios" o "ca dios", abreviada la palabra "casa" o sin abreviar y escribiendo "Dios" en mayúscula o minúscula a gusto del usuario. La expresión significa que algo queda muy lejos, "en el quinto pino", "donde Cristo perdió el paraguas / el gorro", y posiblemente tenga que ver con que el reino de Dios se ubica en el Más Allá: "El parque queda en ca Dios", "Eso está en casa Dios".
En el español de América, y especialmente en el español que se habla en Argentina, se registra un uso muy peculiar: "Lo de Mafalda", con el sentido de "en casa de...", como cuando decimos: "Nos reunimos en lo de Carlos". Por cierto, el periodista catalán Jordi Évole ha elegido para su programa de entrevistas en la Sexta un título, "Lo de Évole", que evoca ese uso ultramarino al que acabamos de referirnos y que pone el acento en el tono familiar, entrañable, doméstico que el periodista quiere dar a sus charlas con sus invitados televisivos.
En italiano, sin embargo, a diferencia del español, podemos decir muy sintéticamente "Da me", "Da te", en el sentido de "En mi casa", "En tu casa". También con el sentido de "negozio, locale di...", verbigracia: "Si mangia bene da Beppe" ("Se come bien en Casa Pepe"), "Compro la carne dal macellaio / in macelleria" ("Compro la carne en (casa d)el carnicero / en la carnicería"). Por supuesto, la preposición "da" puede fusionarse en italiano con el artículo determinativo (dal, dal', dalla, dagli, dalle, dai) y puede tener significados distintos en función de los diferentes contextos u ocurrencias en que aparece, por ejemplo:
- Vengo da Russia (expresa procedencia: "Vengo de Rusia").
- Abito a Saragozza da più di dieci anni (significa duración, temporalidad: "Vivo en Zaragoza desde hace más de diez años").
En inglés, lengua indoeuropea como el español, pero no neolatina, sino del grupo germánico, existe el mecanismo del genitivo sajón que, en algunos casos, adquiere el valor de la expresión "en casa de". Por ejemplo: "McDonald's" ("en casa de McDonald"), "Boccaccio's Disco Pub"... Hay que decir que, gracias a la pujanza de la cultura anglosajona (la "cultura de la hamburguesa"), este mecanismo compositivo se ha hecho tan popular que es posible encontrarlo en expresiones como "Paco's, Pepe's, Luci's, Manolo's"... ¡Curiosa mezcla de casticismo y anglicismo, todo en uno!
En francés, encontramos la preposición "chez": "Chez moi ou chez toi?" ("¿En mi casa o en tu casa?"), que también se utiliza para referirse a los negocios: "Chez Maxim's" ("Casa Maxim", famosísimo restaurante francés o "francanglais", puesto que añade el genitivo sajón a su nombre ultragalo, de manera très à la mode, pero más bien poco patriótica), "Chez Janou"...
En els països catalans, en Cataluña, en las islas Baleares, encontramos varios topónimos que empiezan por "can" ("casa de"): "Can Pastilla, Can Picafort, Can Parellada, Can Marcet, ca n'Amat", etc. Se trata de lugares donde antaño había algún caserío, alguna masía o, como se dice en el Pirineo aragonés, alguna pardina, y donde hogaño se levantan casi siempre vastas edificaciones hosteleras, discotequeriles y turísticas.
En cuanto a la expresión que hemos elegido como título de esta entrada, "¿En tu casa o en la mía?", es el título de una película alemana de 2014, "Zu mir oder zu dir?" (Obsérvese que también en alemán la preposición "zu" adquiere el significado de "en casa de"). Además, era el título de un programa de entrevistas de Bertín Osborne en RTVE, "¿En la tuya o en la mía?" (Aquí se sobrentiende, claro está, la palabra "casa"). E igualmente, hay desde hace poco una serie de Netflix titulada más o menos del mismo modo: "¿Tu casa o la mía?", traducción hispánica del original inglés "Your Place or Mine?" La expresión alude al encuentro en una u otra casa de una pareja, muy frecuentemente joven y vigorosa, vaya uno a saber para qué: para jugar al parchís, para ver la tele o probablemente para jugar, como nosotros aquí, al juego de las etimologías, jejeje.
En fin, dejemos a los tiernos pipiolos deleitándose en sus caseros escarceos y corramos el estúpido... el tupido... velo del decoro como pedían los preceptistas clásicos.