"El medio es el mensaje", Marshall McLuhan
En un artículo anterior hablábamos del
hipertexto y de los cambios que suponía en la manera de pensar, leer, actuar. En esta ocasión vamos a hablar de un aspecto tremendamente popular de la revolución digital: los
blogs. Para ello, voy a exponer algunas ideas personales y datos e informaciones procedentes de mis lecturas, especialmente de un librito que recomiendo:
Los blogs, de Enric Bruguera (Barcelona, UOC, 2007), y de un manual imprescindible, del que tomo el título del artículo:
La revolución de los blogs, del profesor de la Universidad de Navarra José Luis Orihuela.
En primer lugar, ¿qué es un
blog,
weblog,
bitácora o
cuaderno de bitácora (todos esos nombres tiene en español)? Pues no es más que una página
web, colectiva o personal, publicada en
internet, realizada con herramientas electrónicas muy simples, actualizada con cierta frecuencia en sus contenidos, los cuales se ordenan cronológicamente en orden inverso, con opciones de interactividad y numerosos enlaces o hipervínculos (
links) a otros
blogs.
La palabra
weblog la creó en 1997 Jan Barger para referirse a las
webs que actualizaban periódicamente sus contenidos y que él diferenciaba de otras páginas con secciones fijas y estructura menos dinámica. El nombre, pronto abreviado en
blog, procedía del contenido
web de las páginas, más el verbo
to log, anotar, registrar.
Como la metáfora de la navegación es muy conocida en
internet (se dice usualmente
navegar por la red en el sentido de
visitar páginas web) y puesto que en inglés existe la expresión náutica
log on ship, registro o diario de abordo, cuya expresión equivalente en español es la de
cuaderno de bitácora o simplemente
bitácora, los cibernautas del mundo hispánico empezaron a denominar así a los diarios electrónicos.
En catalán se usa la palabra
bloc. Y en francés,
blogue y
carnetweb. (El
Géiser Blog es una emergencia plurilingüista cuyos rastros -vocablos- podemos seguir en las principales lenguas de cultura.)
El
Diccionario Panhispánico de Dudas recoge la palabra
blog: "sitio electrónico personal, actualizado con mucha frecuencia, donde alguien escribe a modo de diario o sobre temas que despiertan su interés, y donde quedan recopilados asimismo los comentarios que estos textos suscitan en sus lectores". Definición sin duda perfectible, pero que da carta de naturaleza al
Alud Blog que se nos ha venido encima.
Como dice Orihuela, los
weblogs son expresión de las "tecnologías del yo" que convierten al autor, sin necesidad de intermediarios (
gatekeepers), en
global publisher, editor global que habla al mundo desde su ventana electrónica. Paradójicamente, ese "dar voz al yo", el conseguir que todos puedan expresar sus opiniones, sentimientos, ambiciones... en su propia publicación, ha creado un fuerte sentimiento comunitario. Las bitácoras generan comunidades de fieles que comparten intereses, aficiones, conocimientos... Tienen capacidad de influencia y también de adicción: son muchos los
bloguers que viven bajo "el síndrome del próximo
post".
Weblogs, foros, redes sociales, wikis,
chats, fuentes RSS, listas de correo electrónico y de distribución, grupos de noticias... son medios sociales, colaborativos, abiertos a la participación global, fáciles de crear y mantener.
Antes, para publicar un texto había que pasar por el filtro de los medios de comunicación. Cuando empezó el
boom de la microinformática y nació
internet, la edición comenzó a democratizarse. Pero siguió siendo costosa, pues exigía de los usuarios tiempo, dinero y conocimiento técnico. En los ochenta, para publicar una
web era imprescindible saber electrónica, conocer el lenguaje
html, manejar algunos programas de edición y diseño gráfico... Además, había que solucionar los problemas de acceso a sistemas de alojamiento de
webs y de transferencia de archivos por FTP.
Todo cambió a finales de los noventa, con la simplificación de los
blogs. Con ellos las
webs dejaron de ser estáticas para convertirse en otra cosa. Cinetismo puro. Fenómeno macro. Más que de nuevas tecnologías, se trataba de usar de manera distinta lo ya conocido. Cambio de enfoque.
Idem sed aliter, lo mismo perode otro modo.
En 1999 se creó Eatonweb Portal, considerado el primer portal de
blogs. En julio apareció la red Pitas. Y en agosto, Blogger, el servicio gratuito de edición, gestión y alojamiento de publicaciones personales que, en 2003, compró Google.
En el 2000 se produjo la gran eclosión. En 2002 se creó Blogalia, primer servicio de alojamiento en español. Technorati, el buscador
blogósfero más conocido, creado en noviembre de 2002, registraba en 2004 unos 4,5 millones de
blogs; en 2005, más de 6 millones; en 2006, más de 39; en 2007, más de 200 millones solo en español...
Miles de millones de
blogueros en todo el mundo publican sus textos sin coste económico. Si antes éramos consumidores de información con escasa capacidad de respuesta (las cartas al director y poco más), ahora podemos convertirnos en redactores activos de la
blogosfera, conseguir lectores para nuestros textos, ganar influencia, visitas
on line e incluso dinero. ¡Y sin conocimientos informáticos especializados ni gastar en el mantenimiento
web!
No es de extrañar que, desde que comenzó el fenómeno, cada cinco meses aproximadamente se vaya duplicando el número de contenidos en la red, según datos de Technorati. La de los
blogs es una revolución en marcha. Un imparable fenómeno social de éxito creciente. Lo que nos recuerda, una vez más, que algo específicamente humano tan necesario como comer o dormir es la función comunicativa. Solo así podemos explicarnos la increíble emergencia
bloguera, la exponencial crecida de las bitácoras desde los años noventa. Somos
homo loquens, animal que habla. Interactuamos a través de la palabra. Necesitamos la grey. Ser gregarios, parte de una comunidad.
Los
blogs se han convertido en seña de identidad o distintivo generacional, en una nueva forma de interrelación. Y no solo crecen en la red, también aportan nuevos usos lingüísticos. Así,
blogroll es el neologismo que designa al conjunto de enlaces a otros
blogs o
webs. Los
permalinks son enlaces permanentes, los lugares de registro de cada noticia, entrada o
post. Los
tags o etiquetas, las palabras claves con que clasificamos nuestros textos. Los
gadgets, los añadidos de nuestro
blog (listas de enlaces, calendario, contador de visitas...). Los
trackbacks o retroenlaces nos permiten copiar un apunte de un
blog en otro. La
sindicación de contenidos (afiliación RSS) permite que cada vez que un
blog se actualice podamos enterarnos, gracias al
ping o aviso de actualización.
Los
bloggers,
bloguers o
blogueros forman la
blogosfera, comunidad ciberespacial, "anillo de poder" formado por quienes pasan su tiempo
blogueando o haciendo
blogging (visitando o escribiendo
blogs). Los
fotoblogs (español) o
fotologs (inglés) son
blogs fotográficos (muchos de ellos usan el programa de álbumes en línea Flickr). Los
vblogs o
vídeoblogs son
blogs videográficos, generalmente alojados en servidores como You Tube, Google Vídeo, Yahoo! Vídeo, MSN Vídeo. Los
podcasts son audioblogs con sonido y audio. Los
moblogs, blogs gestionados desde un teléfono móvil (un
celular, que dirían en Hispanoamérica). Los
metablogs,
blogs sobre
blogs. Los
travelogs hablan de viajes. Los
adblogs, de publicidad. Los
babyblogs, sobre los hijos. Los
warblogs dan testimonio bélico. Los
radioblogs transmiten audio en tiempo real...
En fin, la revolución
bloguera no solo produce cambios en los modos de hacer, pensar e interrelacionarse. También transforma nuestra manera de hablar, acrecienta nuestro vocabulario.
Hay ejemplos claros de la importancia del fenómeno en la actualidad. Tras los atentados del 11-S de 2001, en Estados Unidos, los
blogs se convirtieron en fuente alternativa de información e interpretación, más fresca y libre que la de los
media tradicionales. Lo mismo ocurrió cuando se produjo la invasión norteamericana de Iraq (2003). La gente buscaba en los
blogs puntos de vista, perspectivas a pie de calle que no podían darle los grandes medios de masas. Y también con los atentados de Madrid (11-M de 2004) y de Londres (7-J de 2005). O cuando la campaña electoral estadounidense de 2004. O con el
tsunami asiático de 2005. O con el
Katrina...
La
blogosfera es, hoy por hoy, el mejor medio de tomar el pulso a la opinión pública. Es también filtro de pareceres; una forma de contrarrestar el omnímodo poder de políticos, empresarios y comunicólogos; un factor de movilización social que puede convertir a las fuentes de información en canales comunicativos; una conversación global y un archivo gigante con la memoria de gran parte de la humanidad. Los
media han pasado del desprecio al temor. Pretendieron primero ignorar la trascendencia de los
blogs para intentar a continuación canibalizarlos creando plataformas de prestigio donde colocar a sus redactores.
Nada volverá a ser lo que era. Los
blogs nos han hecho avanzar hacia un modelo de periodismo donde cada individuo puede convertirse en redactor, en eso que despectivamente llaman los
media "un periodista en pijama". Y ciertamente, el
bloguero no pretende ser lo que no es, no se predica objetivo como hipócritamente aseguran las empresas informativas, proclama abiertamente su subjetividad, su punto de vista personal. En sus limitaciones radica su interés.
Los grandes medios ya no podrán entender el periodismo como una conferencia, deberán comprenderlo como una conversación, dice Gillmor. La credibilidad de la prensa tradicional, el fin de su arrogancia, corre parejo con el auge de los medios sociales. Han cambiado las reglas. Ahora, primero se publica, después se filtra. No al revés. Y las actualizaciones son constantes. La edición diaria ha dejado de tener sentido. Hoy es la red la que otorga relevancia, corrige rumores, promueve opiniones, establece
rankings de visitas... El "periodista en zapatillas" ha ganado al
embedded reporter, el
reportero militarizado que el Pentágono enviaba a los escenarios bélicos. Tampoco el lector es el mismo. Los
bloguers son
light readers, navegan mucho, profundizan poco, diversifican sus focos de interés. Exigen un estilo ligero que estimule, pero no agobie.
Revolución
blog: democratización de la cultura y del acceso a la información. Posibilidades infinitas de edición. Nuevas funciones que explorar: publicación cooperativa
wiki (la Wikipedia),
tagging o etiquetado social (compartición de enlaces interesantes como en Del.icio.us o Flickr),
digging o prescripción en red (un sistema de valoración social de artículos y noticias: Digg, Menéame -en español-, Blogmemes -en español-), web 2.0 o redes sociales (comunidades como MySpace, Ourmedia, MyWeb2.0 -de Yahoo!-)...
Un mundo lleno de oportunidades... y también de peligros. Intoxicaciones, bulos, mentís. Extensión de ideas xenófobas, terroristas, sectarias... Desorientaciones en un mundo virtual cada vez más insondable. Se calcula que el 40% de los usuarios abandona o deja de actualizar su
blog unos meses después de su apertura: el
Paraíso Blog es también Reino de Inconstancia y Rincón de Banalidad: ¡cuántos
blogs sin interés que hacen perder el tiempo!
Revolución
blog: camino en marcha. Como dice Enric Bruguera, de la
World Wide Web a la
World Live Web. Una red de conversaciones vivas e interacción constante. Un Gran Hermano con ojos pixelados de claro azul.
ANEXO
•
Principales buscadores blogueros: Technorati, Blog Pulse, The House of Blogs, Blogdir, Catapings (en catalán).
•
Medidores de tráfico: Daypop, Blogdex (creado por el MIT), Blogómetro (en español, mide tráficos de los blogs alojados en Bitácoras.net, Barrapunto, Blogalia), Buscopio.
•
Alojadores de blogs: Blogger (de Google), La Coctelera, Bitácoras.net, Barrapunto, Blogalia, Bitácoras.com (hispanoamericano), Bitacorae, Bitadir.com, Bloc.cat (en catalán), La Comunitat (en catalán), Vila Web (en catalán), Blogia (empresa maña).
•
Programas de edición: Word Press (el mejor, pero luego hay que alojar el
blog en algún lugar de pago).