Anton Chéjov, el famoso "cuentista" (=autor de cuentos) ruso, tenía ideas firmes y claras sobre muchas cosas. Una de ellas es la opinión que le merecían los críticos
"no son hombres, sino una especie de moho".
Contundente.
Ya ven, no hay que fiarse de las apariencias. Este caballero, tan pausado él, tan meditativo y contenido, perdía los nervios cuando le hablaban de los críticos, a los que consideraba unos metementodos profesionales.
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