Joaquín Díaz es un folklorista español que ha dedicado su vida a recoger y dignificar el patrimonio lingüístico y musical del pueblo. Es además un gran cantante y músico, como demuestra en las maravillosas versiones que ha hecho de nuestros romances, coplas y letrillas más tradicionales.
Aquí traemos la versión que hizo del "Romance del Conde Olinos", uno de los poemas de amor más bonitos -y trágicos- del Romancero hispánico.
Que la disfrutéis.
Madrugaba el Conde Olinos
mañanita de San Juan
a dar agua a su caballo,
a las orillas del mar.
Mientras el caballo bebe,
canta un hermoso cantar,
las aves que iban volando
se paraban a escuchar.
Bebe, mi caballo, bebe,
Dios te me libre de mal,
de los vientos de la tierra
y de las furias del mar.
La reina lo estaba oyendo
desde su palacio real.
Mira, hija, como canta
la sirena de la mar.
No es la sirenita, madre,
que esa tiene otro cantar,
es la voz del Conde Olinos,
que me canta a mí un cantar.
Si es la voz del Conde Olinos,
yo le mandaré matar,
que para casar contigo
le falta la sangre real.
No le mande matar, madre,
no le mande usted matar,
que si mata al Conde Olinos,
a mí la muerte me da.
Guardias mandaba la reina
al Conde Olinos buscar,
que le maten a lanzadas
y echen su cuerpo a la mar.
La infantina con gran pena
no dejaba de llorar;
él murió a la medianoche,
y ella a los gallos cantar.
A ella como hija de reyes
la entierran en el altar,
y a él como hijo de condes
cuatro pasos más atrás.
De ella nació un rosal blanco,
de él nació un espino alvar;
crece el uno, crece el otro,
los dos se van a juntar.
La reina, llena de envidia,
ambos los mandó cortar,
el galán que los cortaba
no dejaba de llorar.
De ella naciera una garza,
de él un fuerte gavilán,
juntos vuelan por el cielo,
juntos se van a posar.
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