El poeta gaditano Rafael Alberti, miembro de la generación de 1927, la de Lorca, Cernuda, Guillén, Salinas, las Sin Sombrero..., escribió el poema “Se equivocó la paloma” en 1940. Podemos contar sus versos como las posiblemente más famosas rimas de Alberti y unas de las más conocidas y recitadas de la poesía española contemporánea. La fama del poema se vio favorecida enormemente por la excelente musicalización que de él hizo el compositor argentino Carlos Guastavino en 1941, y, sobre todo, por la versión de 1969 de Joan Manuel Serrat.
El poema habla de una paloma que se equivoca continuamente en su percepción de la realidad, confundiendo incluso elementos opuestos como el norte y el sur, la noche y la mañana. Sabemos que Alberti compuso el poema en París, primera etapa de su exilio, adonde llegó al acabar la Guerra Civil (1936-1939) en compañía de su esposa, la escritora María Teresa León, y donde sólo permaneció hasta 1940, pues el gobierno de Pétain les retiró a ambos el permiso de trabajo (eran dos "peligrosos" comunistas republicanos españoles).
Los versos forman parte de la sección tercera de Entre el clavel y la espada, un libro de combate compuesto entre 1929 y 1940, y publicado en Buenos Aires en 1941, en la editorial Losada, cuyo motivo central es la soledad, si bien los dieciocho poemas de la sección tercera, titulada "Metamorfosis del clavel", se proyectan hacia la esperanza.
Sobre las circunstancias en que nació esta composición escribió el autor, en La arboleda perdida (1959):
"Cuando llegué a París mi estado espiritual era negro, desesperado [...], apoderándose de nosotros, los recién exiliados españoles, el túnel de la más tremenda incertidumbre. En Francia no había escrito aún ninguna poesía [...] pero una de aquellas noches, de las más solitarias, poseído de no sé que extraños impulsos, comencé a escribir una canción, cuyo comienzo era "Se equivocó la paloma. /Se equivocaba. /Por ir al norte fue al sur..." Cuando llegué al final me quedé sorprendido: "Ella se durmió en la orilla. /Tú en la cumbre de una rama." No comprendía yo cómo en aquel sumergido estado de angustia en que me hallaba me había podido salir una canción como aquélla. La leí, la releí, no hallándole ni el más remoto rastro del estado que me invadía. Era un misterio su aparición. Abriéndose vuelo entre los cielos y campos de muerte que arrastraba conmigo, aquella paloma había llegado hasta mis manos, traspasándola con aire de escritura a una hoja blanca de papel que tenía sobre la mesa."
Como vemos, el propio poeta se deja llevar por la musicalidad del verso, sin comprender del todo su sentido. Y es que el poema tiene un complejo significado simbólico y permite múltiples lecturas. ¿Habla de amor? ¿Es una alusión a la Segunda República que, equivocadamente, en lugar de la democracia, trajo la guerra civil y el triunfo fascista a España? ¿Es un poema autobiográfico sobre la desorientación del poeta y de los exiliados?
El juego poético es, a la vez, sencillo y rico, basado en las oposiciones "trigo" / "agua", "mar" / "cielo"... , en la reiteración de la idea principal: "se equivocó", "se equivocaba" y en el simbolismo de la paloma (que puede identificarse con la paz, la República, el propio poeta...). Es evidente que la acción se ubica en el pasado y que, desde el presente, el poeta rememora lo ocurrido, lo valora dándose cuenta de que todo ello, lo que fuera, fue un error, una equivocación. Es esta indeterminación al evocar un hecho que no se nombra la que permite la multiplicidad de lecturas del poema, su magia interpretativa.
Mi hipótesis de lectura es la lectura política: de ahí que el poema se publicara en la sección tercera de Entre el clavel y la espada, en la parte titulada "Metamorfosis del clavel", que se transformará obviamente en espada. Alberti se duele de que la República se haya quedado "en la orilla", y él -y los demás luchadores antifascistas- "en la cumbre de una rama" (es decir, discutiendo teorías e ideas sobre comunismo, marxismo, leninismo, trosquismo..., mientras el ejército de Franco conseguía la victoria definitiva). Para Alberti, es hora de trocar el verso en arma de combate, puesta siempre la esperanza en una derrota final del fascismo en años venideros. Todo un manifiesto político de altísima calidad poética.
En 1941, el compositor argentino Carlos Guastavino musicó el poema y lo integró en el ballet Suite Argentina. Desde entonces, tuvo gran éxito y la canción ha sido traducida a distintos idiomas e interpretada por numerosos cantantes: Serrat, Mercedes Sosa, Ana Belén, Teresa Berganza, José Carreras... También es muy frecuentemente interpretada por diferentes coros.
Se equivocó la paloma.
Se equivocaba.
Por ir al Norte, fue al Sur.
Creyó que el trigo era agua.
Se equivocaba.
Creyó que el mar era el cielo;
que la noche la mañana.
Se equivocaba.
Que las estrellas eran rocío;
que la calor, la nevada.
Se equivocaba.
Que tu falda era tu blusa;
que tu corazón su casa.
Se equivocaba.
Ella se durmió en la orilla.
Tú, en la cumbre de una rama.
Versión para coro
- "En los surcos del amor", entrada en Letr@herida, blog de cultura y literatura.