Escribo estas líneas mientras espero el comienzo de la segunda temporada de The walking dead. Yo he sido fan de las películas de zombis durante toda la vida y puedo incluso presumir de haber estrechado la mano del maestro George A. Romero. El zombi romeriano (que está muy lejos de la mitología vudú) es mi monstruo favorito.
En la estantería de mi casa, junto a los grandes clásicos de la literatura, yacen los tebeos (yo no suelo decir cómic) que inspiraron la serie (en España se titulan Los muertos vivientes y, si tenéis, estómago, os recomiendo su lectura). Al fin y al cabo, los tebeícos forman parte de la Historia de la Literatura (¿universal?).
Bueno, parece que mi televisor comienza a rezumar sangre (¡qué perfume de flor de cuchillo!), así que os dejo no sin antes decir que, en breve y en este mismo blog, os recomendaré una película esencial y que casi con total seguridad ninguno habéis visto.
Larga vida a la muerte andante.
"¡Larga vida a la muerte!" Hermoso ejemplo de parajoda.
ResponderEliminarSi es que escribo de bien... Por cierto, ¿qué es una "parajoda"? Ja, ja, ja...
ResponderEliminarPues algo que "parajódicamente" rompe nuestras mejores teorías, ja, ja.
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