“El resumen tiene dos funciones, una para quien lo
hace y otra para quien lo lee. Pienso que hacerlo es mucho más importante que
leerlo. El arte del resumen es importante y muy útil, y se aprende haciendo
muchos resúmenes. Hacer resúmenes enseña a condensar las ideas. En otras
palabras, enseña a escribir. Al terminar la universidad seguí un curso para
comentaristas de televisión y nuestro monitor, Pier Emilio Gennarini, nos ponía
frente a una pantalla en la que transcurría un trozo de noticiario mudo. Teníamos
en las manos el texto de una agencia de noticias. Como primer ejercicio,
suponiendo que el texto filmado fuera de dos minutos, debíamos escribir un
resumen de la noticia que durara un minuto y medio. El segundo ejercicio
consistía en decir las mismas cosas en un minuto. Y en la tercera prueba no
podíamos ir más allá del medio minuto. Algo se perdía, naturalmente, pero el
arte del resumen consiste también en eso, en saber qué se puede pasar por alto
y en reconocer que algo que se dice en medio minuto no es lo mismo que se ha
dicho en dos minutos, por lo cual es necesario decidir qué es lo verdaderamente
importante, central.
ECO, Umberto, “Elogio del resumen”, en Quimera,
nº 51, pp. 13-15.
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