Amor, amorque está herido.
Herido de amor huido;
herido,
muerto de amor.
Decid a todos que ha sido
el ruiseñor.
Bisturí de cuatro filos,
garganta rota y olvido.
Cógeme la mano, amor,
que vengo muy mal herido,
herido de amor huido,
¡herido!
¡muerto de amor !
Lorca intercala este poema en su farsa Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín, inspirada en la vieja historia del viejo casado con la bella, quien le es infiel con un amante joven. Perlimplín, viejo solterón que decide finalmente casarse, queda traspasado por la belleza de Belisa y dice estos versos preciosos de aliento místico sacroprofano (a lo Valle-Inclán, reconocido maestro de Lorca). La farsa es a la vez poética y grotesca, cuasi esperpéntica. Tiene un delicado equilibrio entre cultura literaria y comicidad de títeres, es una pantomima lírica, irónica a la vez que estética. Hay candor y lascivia, altura creativa y juego circense. En fin, una delicia.
También utiliza algunos versos del poema en otra obra suya, La niña que riega la albahaca.
A continuación, la misma canción cantada por Joan Manuel Serrat:
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