Poeta en Nueva York es uno de sus libros más conocidos, resultado de un viaje que hizo allí en 1929, época del crack de Wall Street. Un poemario próximo al surrealismo y a la poesía social, donde Lorca toma partido por los defavorecidos. He aquí algunos poemas en inglés y español.
VUELTA DE PASEO
Asesinado por el cielo.
Entre las formas que van hacia la sierpe
y las formas que buscan el cristal,
dejaré crecer mis cabellos.
Entre las formas que van hacia la sierpe
y las formas que buscan el cristal,
dejaré crecer mis cabellos.
Con el árbol de muñones que no canta
y el niño con el blanco rostro de huevo.
y el niño con el blanco rostro de huevo.
Con los animalitos de cabeza rota
y el agua harapienta de los pies secos.
y el agua harapienta de los pies secos.
Con todo lo que tiene cansancio sordomudo
y mariposa ahogada en el tintero.
y mariposa ahogada en el tintero.
Tropezando con mi rostro distinto cada día.
¡Asesinado por el cielo!
¡Asesinado por el cielo!
AFTER A WALK
Cut down by the sky.
Between shapes moving toward the serpent
and crystal-craving shapes,
I’ll let my hair grow.
With the amputated tree that doesn’t sing
and the child with the blank face of an egg.
With the little animals whose skulls are cracked
and the water, dressed in rags, but with dry feet.
and the water, dressed in rags, but with dry feet.
With all the bone-tired, deaf-and-dumb things
and a butterfly drowned in the inkwell.
and a butterfly drowned in the inkwell.
Bumping into my own face, different each day.
Cut down by the sky!
Cut down by the sky!
Federico García Lorca, "I-Poems of Solitude in Columbia University", in Poet in New York. C. 1929
La primera parte del poemario se titula "Poemas de la soledad en Columbia University", de la que procede el poema "Vuelta de paseo", que acabamos de reproducir. Viene, después, una segunda parte, tituladas "Los negros", donde Lorca eleva a mito a esta raza marginada, como hiciera antes con los gitanos en el Romacero gitano.
Norma y paraíso de los negros
Odian la sombra del pájaro
sobre el pleamar de la blanca mejilla
y el conflicto de luz y viento
en el salón de la nieve fría.
Odian la flecha sin cuerpo,
el pañuelo exacto de la despedida,
la aguja que mantiene presión y rosa
en el gramíneo rubor de la sonrisa.
Aman el azul desierto,
las vacilantes expresiones bovinas,
la mentirosa luna de los polos.
la danza curva del agua en la orilla.
Con la ciencia del tronco y el rastro
llenan de nervios luminosos la arcilla
y patinan lúbricos por aguas y arenas
gustando la amarga frescura de su milenaria saliva.
Es por el azul crujiente,
azul sin un gusano ni una huella dormida,
donde los huevos de avestruz quedan eternos
y deambulan intactas las lluvias bailarinas.
Es por el azul sin historia,
azul de una noche sin temor de día,
azul donde el desnudo del viento va quebrando
los camellos sonámbulos de las nubes vacías.
Es allí donde sueñan los torsos bajo la gula de la hierba.
Allí los corales empapan la desesperación de la tinta,
los durmientes borran sus perfiles bajo la madeja de los caracoles
y queda el hueco de la danza sobre las últimas cenizas.
sobre el pleamar de la blanca mejilla
y el conflicto de luz y viento
en el salón de la nieve fría.
Odian la flecha sin cuerpo,
el pañuelo exacto de la despedida,
la aguja que mantiene presión y rosa
en el gramíneo rubor de la sonrisa.
Aman el azul desierto,
las vacilantes expresiones bovinas,
la mentirosa luna de los polos.
la danza curva del agua en la orilla.
Con la ciencia del tronco y el rastro
llenan de nervios luminosos la arcilla
y patinan lúbricos por aguas y arenas
gustando la amarga frescura de su milenaria saliva.
Es por el azul crujiente,
azul sin un gusano ni una huella dormida,
donde los huevos de avestruz quedan eternos
y deambulan intactas las lluvias bailarinas.
Es por el azul sin historia,
azul de una noche sin temor de día,
azul donde el desnudo del viento va quebrando
los camellos sonámbulos de las nubes vacías.
Es allí donde sueñan los torsos bajo la gula de la hierba.
Allí los corales empapan la desesperación de la tinta,
los durmientes borran sus perfiles bajo la madeja de los caracoles
y queda el hueco de la danza sobre las últimas cenizas.
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