La región del Languedoc-Roussillon (Languedoc-Rosellón, en español) debe su nombre a la "langue-de-oc" o lengua de oc.
Fue nada menos que Dante Alighieri (1265-1321) el primero que habló de una lengua de oc, ya que, en esa lengua hablada en el Sur de Francia, oc (<hoc, en latín "esto") significaba "sí", mientras que en el centro y en el Norte de Francia se decía oïl (<hoc ille, en latín "esto mismo, esto ello, esto es"), así que Dante dividió Francia en dos zonas lingüísticamente diferenciadas: las que hablaban la lengua de oc, el Languedoc, en el Sur, y las que hablaban la lengua de oïl, en el resto del país (del oïl de antaño viene el oui de hogaño en el francés moderno). Y sobre ese fondo de lenguas romances o neolatinas francesas, presentó Dante bien diferenciada su lengua toscana materna, proclamando que él venía de Firenze (Florencia),
"Del bel paese là dove il sì suona"
(del bello país, allí donde se escucha el "sí",
Dante Alighieri, Divina Commedia, "Inferno", canto XXXIII, verso 80)
Es decir, si ellos dicen "oc" u "oïl", nosotros decimos "sì". La Romania era ya por entonces un dominio lingüístico fragmentado, el latín había dejado de ser lengua de comunicación entre hablantes, aunque seguía siendo -eso sí- el principal vehículo lingüístico de trasmisión culta.
Dante, que, además del excelso poeta de la Divina Comedia (1304-1321), fue un gran humanista y erudito, estableció esa distinción lingüística en su obra De vulgare eloquentia (1303-1307), donde proponía una lengua vulgar -neolatina- propia para Italia; de ahí que insistiera tanto en las distintas maneras de decir "sí". La expresión dantesca "bel paese" tuvo éxito y también la utilizó Petrarca en unos famosos versos del Canzoniere (1336-1374):
"Il bel paese ch'Appennin parte, e'l mar circonda e l'Alpe"
(el bello país que los Apeninos dividen, y el mar circunda y [también] los Alpes,
Canzoniere, CXLVI, versos 13-14)
Así que, al menos desde el Quattrocento, se conoce a Italia como "il bel Paese", expresión de éxito que aún se sigue utilizando hoy.
En cuanto al oc sureño del vecino país transpirenaico, sobre ese nombre se han formado los sustantivos occitano, para designar a todas las variedades lingüísticas que allí se hablan, y Occitania, para designar a la región geográfica por donde se extienden dichas variantes, este último término con la terminación -tania de origen galo-romano, terminación que ya aparecía en Aquitania, el nombre romano de la región. Así pues, la Occitania sería "la tierra donde se habla la lengua de oc". Posiblemente la ciudad occitana más conocida, la mayor y más importante, sea Toulouse, ciudad por cierto hermanada con Zaragoza desde el año 2000.
Como las fronteras lingüísticas raramente coinciden con las geográficas, añadiremos que el occitano se extiende no solo por Francia, sino también por algunos valles italianos y por el español valle de Arán: el aranés se ubica dentro de la familia occitana, al igual que el bearnés hablado en Pau, en Oloron-Sainte Marie y en el vecino Béarn (Bearne, en español). El occitano, además, tiene mucha relación lingüístico-histórico-cultural con el provenzal galo y con el catalán hispano-francés.
La occitanía (con acento en la "í") sería un término nuevo creado para designar los elementos que dan identidad regional/nacional a la Occitania. Entre esos elementos estarían, por supuesto, la cuestión lingüística, las tradiciones, la bandera (la famosa cruz occitana), el folclore, la literatura vernácula... Probablemente, el autor occitano más destacado sea Fréderic Mistral (1830-1914), ganador del premio Nobel de Literatura en 1904 ex aequo con el español José de Echegaray. Mistral fue el gran impulsor del movimiento Félibrige, que reivindicaba el uso y dignificación del provenzal y escribió en esa lengua su obra literaria.
Terminamos diciendo que los occitanos son gente orgullosa de su tierra, de su lengua y tradiciones. Se sienten distintos y distantes de París, el gran foco estandarizador de la "culture de la République".
Como curiosidad, dejamos aquí la versión aragonesa de "Aqueras montañas", una canción que también se canta en el Béarne y que se considera el himno occitano por excelencia: