viernes, 4 de agosto de 2017

Las adivinanzas de Voltaire

Jean François Arouet, conocido universalmente como Voltaire, gran socarrón, filósofo, escritor, intelectual iconoclasta donde los haya, era un gran aficionado a las adivinanzas.

De adivinanzas ya hemos hablado en este blog en algunas ocasiones: la de Edipo, la de la reina de Saba a Salomón, la de Chéjov...

Podéis ver aquí nuestras entradas anteriores:


Copiamos aquí unos fragmentos de "Zadig", cuento oriental de Voltaire:

     "El gran mago propuso primero esta cuestión:
     -¿Cuál es, de todas las cosas del mundo, la más larga y la más corta, la más rauda y la más lenta, la más divisible y la más extensa, la más descuidada y la más lamentada, sin la que nada se puede hacer, que devora todo lo que es pequeño y que vivifica todo lo que es grande? (...)
     Zadig dijo que era el tiempo.
     -Nada es más largo -añadió-, puesto que es la medida de la eternidad; nada es más corto, puesto que falta en todos nuestros proyectos; nada es más lento para quien espera; nada es más rápido para quien lo goza; se extiende hasta el infinito de grande; se divide hasta el infinito de pequeño; todos los hombres lo descuidan, todos lamentan su pérdida; nada se hace sin él, hace olvidar todo lo que es indigno de la posteridad e inmortaliza las cosas grandes.
     La asamblea convino en que Zadig tenía razón.
     Luego preguntaron:
     -¿Cuál es la cosa que se recibe sin agradecer, de la que se goza sin saber cómo, que se da a los otros cuando no se sabe dónde está, y que se pierde sin darse cuenta de ello?
     Cada cual dijo su opinión. Sólo Zadig adivinó que era la vida. Explicó todos los demás enigmas con la misma facilidad."
     (Voltaire, "Zadig", cap. XIX, en Cuentos. Micromegas. Zadig. Cándido. El toro blanco. Trad.: Mauro Armiño. Madrid, Akal, 1983, pp. 116 y 117).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Envía tus comentarios