martes, 29 de enero de 2019

Rocinante, Bucéfalo, Babieca y... el caballo de Gonela

Como pronto vamos a empezar a leer el Quijote, en el primer capítulo empieza con las famosas palabras que todos conocemos:
"En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre..."
También nos presenta enseguida al caballo de don Quijote, Rocinante, y de él dice Cervantes:
"Fue luego a ver su rocín, y aunque tenía más cuartos que un real y más tachas que el caballo de Gonela, que «tantum pellis et ossa fuit», le pareció que ni el Bucéfalo de Alejandro ni Babieca el del Cid con él se igualaban."
El pobre Rocinante era "todo piel y huesos", dice el escritor, y más famélico y flaco que "el caballo de Gonela".

También cita otros caballos bien conocidos: Bucéfalo, corcel de Alejandro Magno; o Babieca, del Cid Campeador.

Pero ¿quién fue ese misterioso "caballo de Gonela"? Pues lo cierto es que perteneció al bufón del duque Borso de Ferrara y tenía fama de ser tan flaco que fue objeto de burla en varias piezas cómicas italianas. Y de ahí lo tomó Cervantes, que era muy versado en cultura italiana.

En el Quijote hay otro caballo famoso: Clavileño, con el que los duques se burlan del hidalgo y su escudero en la segunda parte de la inmortal novela cervantina.

Pero esa es otra historia que algún día traeremos a este blog.

De momento cerramos aludiendo a otros caballos famosos de la historia: el de Troya, Imperioso (del fallecido presidente del Atlético de Madrid Jesús Gil), Black Beauty, Pegaso, la mula Francis...





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