Aquí tenéis el texto.
Podéis compararlo con el original. El periódico ha hecho varios recortes y ha cambiado la maquetación original de los párrafos.
La "Nueva Normalidad"
No, la posmodernidad no iba a ser
esto. Seguro que ningún hermeneuta de lo hodierno, ni el más avezado cultureta pop, la habría imaginado así.Pero aquí está. La Nueva Normalidad.
Me gusta ese concepto, tan reciente como el pan, tan lleno de sugerencias. Evidentemente, como hasta ahora, no podíamos seguir. El confinamiento tiene que acabar. Son terribles sus consecuencias. Ruina económica, secuelas sociales y psicológicas, males sin fin.
Y cuando desescalemos este periodo de confusión, las cosas ya no serán como eran. Llega la Nueva Normalidad.
La pandemia ofrece así una perspectiva positiva: la posibilidad de repensarnos como sociedad. Y nos da también una palabra clave para el futuro: desescalar.
Va a resultar que no estaban tan locos los que pedían sostenibilidad. Ecologistas, conservacionistas y otros zumbaos.
Tendremos que desescalar las ciudades, porque viviremos más cómodos, y más sanos, en el campo o en las poblaciones pequeñas.
Desescalaremos los espectáculos, tropocientas mil personas en los conciertos, los partidos o las playas… Nos lo exige nuestra seguridad.
Haremos razonable el urbanismo, los sistemas de movilidad. Desescalaremos los centros comerciales, la sociedad de masas y hasta las aperturas los domingos. ¡Basta de hacinamiento! ¡En el metro, en la calle, en la escuela, el hospital, la vivienda y en el bar!
Ahora resulta que los partidarios del pequeño comercio, la tiendecita de barrio, tenían razón. Hay cosas que no tienen precio y justo porque van más allá del precio. No todo es productivismo y acaso la economía pudiera no tener siempre razón.
Desescalaremos lo accidental y reescalaremos lo importante: la educación, la sanidad. Lo humano, lo profundamente humano.
O sea, la Nueva Normalidad.
José Antonio García
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