Y también unas foticas:
Ríos y Solano (dos cómicos de la legua, originarios de la ancha Castilla del siglo XVII) llegan al “aquí”” y “ahora” de la representación, procedentes de un largo vagabundeo a través del espacio y del tiempo, arrastrando un viejo arcón que encierra todo su “aparato” teatral.
Han de repetir ante el público un tosco espectáculo, pero el cansancio, las dudas y temores retrasan, interrumpen una y otra vez su actuación en un diálogo que, deliberadamente, los emparenta conVladimiro y Estragón, los ambiguos clowns de Samuel Beckett.
A continuación, fotos de otros montajes de la compañía "Metamorfosis", la que representa Ñaque...
Los cuentos que no se cuentan
Más perdidos que carracuca
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