martes, 9 de septiembre de 2014

Sardónica y sarcástica

"Sardónica" y "sarcástica" son dos adjetivos femeninos que se utilizan para calificar a la risa.


En medicina se dice que una persona sufre risa sardónica cuando presenta una convulsión y contracción de los músculos de la cara que imita la risa. En sentido figurado, se aplica la expresión al que disimula con risa falsa otros sentimientos.

Para el Diccionario de Autoridades, la risa sardónica es una enfermedad que se origina de comer o beber la hierba sardonia, ranúnculo que perturba el sentido y retuerce los labios, causando un efecto parecido a la risa. De manera que la risa sardónica es algo así como una risa afectada, fingida, poco natural.

El adjetivo sardónico significa "procedente de Cerdeña", Sardinia en latín, isla mediterránea donde crece en abundancia la sardonia o Ranunculus sceleratus, que provoca convulsiones. Se dice que, entre los bárbaros sardos, los hijos llevaban a los padres muy viejos a los montes para sacrificarlos entre fiestas y grandes risas.

Por otro lado, la risa sardónica es uno de los primeros síntomas de que alguien ha contraído la enfermedad del tétanos.

Joker, el archienemigo de Batman, es un ejemplo muy popular de risa sardónica, que también puede ser llamada, aunque más raramente, risa sardesca o risa sardinia.

A la risa sarcástica la definía Voltaire como perfidum ridens, un reír pérfido, pues es una risa hecha con sarcasmo, es decir, con ironía cruel, con intención burlona, con maldad y crueldad. No es, por tanto, una risa sana, noble, para aportar felicidad, sino para manifestar la superioridad del burlón sobre el burlado.



La risa da mucho juego en español, pues tenemos expresiones como risa falsa, risa de conejo, morirse de risa, desternillarse de risa, para reventar de risa, mearse de risa, tomarse algo a risa, partirse de risa, sonrisa... Y es que sin duda somos un pueblo guasón.

En cuanto a la expresión desternillarse de risa, no hay que confundirla con el vulgarismo destornillarse de risa, pues cuando uno se ríe lo que se le aflojan son las ternillas, no los tornillos.

Sobre el poder de la risa, tenemos la famosa novela de Umberto Eco El nombre de la rosa, en la cual el malvado bibliotecario ciego, el monje asesino, ha hecho desaparecer el tratado de Aristóteles Sobre la risa, que sabemos que escribió, pero no ha llegado a nosotros. ¿Por qué? Porque según el monje, cuando la persona es capaz de reírse de lo sagrado, de los símbolos del poder humano y divino, entonces se vuelve desobediente. Y eso no puede ser.

Así que, ya veis, tras la acción de reír hay algo mucho más trascendente de lo que parece. Quien se ríe es que ve las cosas de otra manera, incluso las más serias. Y si no se le frena... ¡Caos, revolución, subversión!

Hala, a reír todo el mundo, que es "mu" sano y "mu" necesario.

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