En este romance se ve el odio que ha habido siempre entre lobos y pastores. Algo que también es muy visible en cuentos populares como el de "Caperucita Roja".
"Romance de la loba parda", musicalizado por el folclorista Joaquín Díaz
Estando yo en la mi choza pintando la mi cayada,
las estrellas altas iban, y la luna rebajada.
Mal barruntan las ovejas, no paran en la majada;
vide venir siete lobos por una oscura cañada,
venían echando a suertes a ver a quién le tocaba.
Le tocó a una loba vieja, patituerta, cana y parda
que tenía los colmillos como puntas de navaja.
- ¿Dónde vas loba maldita? ¿Dónde vas loba malvada?
- Voy por la mejor borrega que tengas en la majada.
Dio tres vueltas al redil y no pudo sacar nada
y a la otra vuelta que dio, sacó una cordera blanca.
- Aquí mis siete cachorros; arriba, perra guardiana,
que si me matáis la loba, la cena tenéis doblada,
y si no me la matáis, cenaréis de mi cayada.
Los perros tras de la loba, las uñas se esmigajaban;
siete leguas la corrieron por vegas y por montañas.
Al subir un alto cerro, por una sierra muy agria
le dan unos pechugones que en vilo la levantaban.
Al saltar un arroyuelo, la loba ya va cansada.
- Tomad, perros, la borrega; buena y sana como estaba.
- No queremos la borrega de tu boca alobadada,
que queremos tu pelleja pa el pastor una zamarra.
De tu cabeza un zurrón para guardar las cucharas;
de tus orejas pendientes y de tus patas polainas;
las tripas para vihuelas para que bailen las damas.
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