Pero dejemos el fuero y vayamos al huevo. Al famoso huevo de Colón. Según se cuenta, discutíase en una reunión en la que estaba presente don Cristóbal si era posible poner en pie un huevo apoyándolo por su parte más estrecha. Todos decían que era imposible, tras muchos intentos fallidos, hasta que Colón cogió el huevo, lo chafó contra la mesa y dijo: "¡Hecho está!"
Pues hete aquí que, en realidad, parece ser que la anécdota se atribuye falsamente a don Cristóbal, pues en realidad debiéramos decir "el huevo de Juanelo". Por ejemplo, en El lindo don Diego, de Agustín Moreto, obra teatral del siglo XVII, dice el gracioso, Mosquito:
"Pues velo aquí ejecutado
como el huevo de Juanelo".
Y Calderón de la Barca, en La dama duende, escribe:
"¿El cuento, mi amiga, sabesJuanelo Turriano, alias "El chafahuevos", fue hombre de ingenio, a él se atribuye el artificio para subir el agua del Tajo a Toledo. Pero la patente del huevo se la ha quitado, para bien o para mal, el almirante Colón.
de aquel huevo de Juanelo
que los ingenios más grandes
trabajaron en hacer
que en un bufete de jaspe
se tuviera en pie, y Juanelo
con sólo llegar y darle
un golpecito lo tuvo?
Las grandes dificultades
hasta saberse lo son;
que sabido, todo es fácil".
Así es como don Cristóbal perdió un continente, pero ganó un huevo. Que en esta vida no todo es perder.
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