O sea, que como buen poeta maldito relacionaba el reír con un acto de maldad porque suponía que la risa procedía de una burla del otro.
"Lo cómico, la potencia de la risa, está en quien se ríe y no en el objeto de la risa. No es el hombre que cae el que se ríe de su propia caída, a menos que sea un filósofo, un hombre que haya adquirido el hábito de tener fuerza (...) que le permite asistir como espectador desinteresado a los fenómenos de su propio yo"
Vamos, que Baudelaire no cree que uno pueda reírse de sí mismo. Pero ¿se puede....?
Lo cierto es que la risa tiene un aspecto físico, corporal, como demuestran las expresiones que hacen alusión a ello: mondarse de risa, partirse de risa, mearse de risa, morirse de risa... Cuando nos reímos, convulsionamos nuestro cuerpo de manera brusca, de ahí que una de las peores torturas chinas sea la de hacer cosquillas en el pie con una pluma al prisionero hasta que este ya no puede más y...
Nuestro Ramón J. Sender decía que al hombre le había sido dada la risa como una compensación de la divinidad, porque es el único animal que tiene una conciencia clara de la muerte: sabemos que hemos nacido para ser pastores del tiempo, como decía Heidegger, para cabalgar a los lomos de la Nada.
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