O al menos así lo fundó el psicólogo británico Cliff Arnall en 2005 con motivo de una campaña publicitaria para la agencia de viajes Sky Travel y se acabó convirtiendo en todo un fenómeno.
La teoría se basa en diferentes variables: el clima de "frío polar", la (dura) cuesta de enero, el tiempo que ha pasado desde que acabó Navidad (con la nostalgia correspondiente) y los propósitos de año nuevo (que pasados quince días no se han cumplido).
Todo se remonta a la campaña de Cliff Arnall, toda una maniobra publicitaria de una empresa de viajes británica. El objetivo fue contactar con este psicólogo de la Universidad de Cardiff para que estudiase cuál era el día más triste del año y motivar a la gente a viajar ese día con el fin de combatir la depresión y vender más billetes.
Con el paso del tiempo, Arnall, que se ha convertido que un 'coach', ha declarado que su intención desde un principio fue motivar a las personas e inspirarlas para que superasen sus miedos y sus bajones. Paradojas de la vida.
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