Por ejemplo, en esta imagen que tomamos de Internet y que tiene que ver con la actualidad más rabiosa -el Real Madrid acaba de ganar por tercera vez consecutiva la Champions League- el comentario no se puede entender en toda su gracia si no se conoce que a la copa de la Champions se la llama popularmente "la orejona".
Completamos este post con las aportaciones del Prof. Pablo Blasco:
Charles Fillmore y George Lackoff son los principales estudiosos de la teoría de presuposiciones, implicaturas e inferencias. Todas juegan con la connotación y la figuración.
- Básicamente, las presuposiciones dependen de esa segunda significación socioconvencionalmente adquirida. Son consideradas implicaturas conversacionales.
- Las implicaturas dependen de la relación contextual íntima entre emisor y receptor. Por ejemplo: en "La bella y graciosa moza marchose a lavar la ropa", los equívocos nos llevan a presuponer que esa moza es en exceso graciosa. Si emisor y receptor hubieren tenido una experiencia religiosa de este tipo, podrían llegar a un nivel más profundo sin ser explícitos, y que esa sentencia implicase para ellos algo que nadie más entiende.
- Las inferencias son muy usadas en prensa, publicidad y política. Si cuelan, cuelan, porque rayan el límite de la falacia. Es el caso de que alguien enuncia B y, para ello, como damos por hecho que el que habla dice la verdad (principio de cooperación de Paul Grice), al asumir B, también entendemos implícitamente A. Ejemplo: "Todavía no he acabado los deberes". "No he acabado" (B) lleva implícito que "he empezado" (A). Pero no tiene por qué ser así... Otro ejemplo: "Todos los catalanes estamos muy contentos porque en 2018 hemos avanzado mucho hacia nuestro objetivo de la independencia". Aquí, se asume que todos los catalanes son independentistas, cosa que, como es bien sabido, no coincide con la realidad.
Más entradas sobre fútbol en Letr@herida:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Envía tus comentarios