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HISTORIA
El pantano de Cueva Foradada, de gran valor histórico y patrimonial embalsa las aguas del Martin, un río que tiene un régimen hidrológico muy irregular. Esto ha llevado al ser humano a regular su caudal desde hace muchos años, habiendo muchos conflictos por sus aguas. Los daños producidos en campos y casas de varias poblaciones, a causa de dos avenidas muy molestas en el siglo IXX, plantearon la necesidad de un embalse que permitiera regar con seguridad de los diez pueblos aguas abajo y que además evitara riadas futuras.
Los trabajos para iniciar la construcción del pantano, aprovechando el valle que unía las poblaciones de Alcaine y Oliete, dieron comienzo en el año 1903. Factores como la orografia del terreno, las avenidas producidas en estos años, el estallido de la primera guerra mundial o los problemas con los vecinos de Alcaine debido a la pérdida de tierras de regadío y zonas de pasto retrasaron las obras durante años. El final de la obra se data en 1931.
Más de un siglo después de su construcción, las instalaciones del pantano siguen muy cuidadas. Justo antes de entrar al recinto podemos observar dos antiguas torres defensivas y ya en el interior vemos la existencia de numerosos jardínes, una piscina, las antiguas casas de los trabajadores y la del ingeniero, la capilla, la serrería, el taller mecánico, la fragua y una pequeña central hidrológica.
La cueva que dio nombre al pantano quedó sumergida poco más arriba de la obra, sin embargo, la roca que se desprendió del macizo de la cantera de la que se extraía la tierra asoma desde el agua, convirtiendose en el símbolo más característico del paisaje.
Podemos subir a la presa ascendiendo 272 escaleras, donde se ve el paisaje en su mayor exprendor.
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