A continuación, os dejo una poesía que escribí en latín cuando el profesor no vino. De hecho, la idea apareció en mi mente durante la clase de lengua con la pregunta: ¿Adónde van las nubes?
Una suave brisa me revuelve el pelo,
mientras sigo mirando al cielo.
Algodones blancos veo flotar,
parecen ir a algún lugar.
¿Adónde van las nubes?
Muy lejos se las lleva el viento,
te lo aseguro, pues yo nunca miento.
A los confines del mundo les gusta viajar,
más allá de lo que puedas imaginar.
¿Adónde van las nubes?
Yo de pequeñita solía soñar
que con las nubes podría volar.
La forma no era importante,
ya fuese un conejo o un elefante.
¿Adónde van las nubes?
Las nubes van adonde quieras tú que vayan. Como tu imaginación. Libérala mucho, permítele ser nube.
ResponderEliminarEnhorabuena por el poema, Miriam, ¡es genial!
Muchas gracias, en serio.
EliminarEsta clase de comentarios son los que me animan a seguir escribiendo.