martes, 14 de noviembre de 2017

¡ES MUY DESCARADO!


Me ha de convenir parecerme a los demás,
al menos eso siento cuando se acepta lo similar,
Lo igual es relativo, mas todo el mundo peca
de buscar la aceptación de los demás,
siendo sus Copias.
Yo quiero variedad, pues la igualdad es aburrida,
no hablo en el contexto en el que más de uno me mira,
hablo de no ser clones de una vida parecida,
pues cada persona tiene algo único que le motiva,
y nos vemos obligados a ocultarlo cada día,
pues qué dirán los demás,
es lo que más
el corazón guía.
Esa es mi reflexión,
aunque a veces suene a poesía,
esta es mi poesía
que reflexiona sobre una vía
que hace que la aceptación sea cosa.

REFLEXIÓN:

-Es chocante plantearse cosas que damos por sentadas, nuestros hábitos, nuestras modas, costumbres, etc.
En general el ser humano en sociedad tiende a buscar la aceptación de sus semejantes, pero como la propia palabra indica, somos semejantes, no iguales.
Si un corte de pelo hace furor, al instante ya existen millones de seguidores que se lo aplican. Un dibujo, un color, cualquier moda es aceptable, siempre y cuando un número mínimo de personas la cumplan, y por supuesto estén orgullosas de ello.
¿Tan cobarde es el ser humano que siempre ha de verse respaldado por los demás?
No lo creo, pero así obramos, y de esa forma, sin darnos cuenta extremadamente discriminamos. Al que sigue una moda antigua o creada por él mismo, le hace duelo ver cómo los demás le muestran indiferencia, y al final sin darse cuenta, crea aceptación a un producto, a ese producto que todos llevan y que posiblemente él no quiso llevar precisamente por eso.
Y es que la naturaleza del ser humano es vivir en sociedad, manada, círculos sociales y aceptación de los semejantes, de esa forma las empresas y el subestimado marketing, consiguen poner un producto en cada persona y en cada casa, jugando con la aceptación y con la psicología más básica.

Voto por un día en el que no haya desigualdad y mucho menos creada por nuestros amigos de verdad, que son los que más influyen en nuestra forma de pensar.

Y sobre todo, que nos demos cuenta y no nos dejemos manipular, pues hoy por hoy nos cuentan como números, y no como personas de verdad.

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