martes, 28 de noviembre de 2017

Celebrando la vida en cada intento, en cada invierno.

Llega la recta final del año y consigo el balance; ¿alguna vez os habéis parado a pensar cómo y con quién comenzasteis el año y con quién y de qué forma lo vais a acabar? Al fin y al cabo todos nosotros somos un puzzle de pequeños trozos de la gente con la que compartimos nuestro tiempo: gente que llega de la nada y arrasa con todo, gente que pide a gritos el silencio, gente que te da voz cuando solo tenías palabra, gente que te enseña, gente que te deja sin previo aviso... en definitiva: flujo de vida en tu camino. Y ¿qué me dices de la Navidad? Tiempo para soñar, para dejar a tu imaginación volar, para estrechar lazos, para crear vínculos, para sentir. Yo creo mucho en eso de sentir. Magia hecha días de calendario. Y noches con sitios en la mesa, con recuerdos en los postres y deseo en cada brindis. Al fin y al cabo el tiempo es un ir y venir de huellas en tu vida, imperceptibles, sí, pero memorables. Eso es lo que he buscado transmitir en este poema: el recuerdo, la esperanza, el mantener la llama de esa ilusión que la Navidad aporta, por los que estamos y por los que estaban, por los que ocupan su sitio y los que lo ocuparán; por todos esos espacios vacíos que se llenan de recuerdos cada vez que, cerrando los ojos, revives esa historia que tantas veces se repitió en las sobremesas de las comidas familiares. Recordar es vivir. Vivamos por los que somos, fuimos y seremos. Brindemos por nosotros. Cumplamos nuestros sueños.


Celebrando la vida en cada intento, en cada invierno.

La tradición en la mesa,
la vida en cada brindis,
memoria en plato hondo,
vacío en varios sitios
y a mi lado el recuerdo.
Con el dulce en la bandeja,
los anillos en las manos,
las burbujas del champán
y en cada risa.
Sin prisa,
sin calma,
sin tiempo,
sin ti.
Por ignorar la televisión,
por ser uno y ser equipo,
por parar el tiempo un rato,
por poder ser uno mismo.
Por las luces de todo árbol,
y las de tus ojos,
por la ilusión de los niños
y por la de los sueños cumplidos.
Por las velas que ya no se soplan,
por los poemas por hacer,
por los lazos ya deshechos,
por los caminos truncados,
por las canciones de sobremesa,
por la política, el sexo, el fútbol,
por los temas intrascendentes,
por los pasados, por los presentes.
Por las espaldas ya cubiertas,
las manos unidas,
las armas sin carga,
la felicidad de la familia.
Por ti, que faltas,
por ti, que estás,
por ti, que lloras,
por ti, que regresas.
Por el tiempo, que se va.
Por el tiempo, que aún está.

Por el tiempo, que vendrá.

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