El tema de Salomé ha dado mucho juego en el arte desde hace siglos, porque tiene mucho potencial: amor, sensualidad, celos...
El rey Herodes quiere que su bella hijastra Salomé baile para él y le promete que le dará todo lo que pida, incluso la mitad de de sus reino. Salomé antes de hacerlo pide ver al hombre que ha encerrado su padrastro, el profeta que acusa a la pareja real de vivir en pecado. Cuando ve a Jokanaán , San Juan Bautista, queda fascinada por él, que se niega siquiera a mirarla. Le fascinan su cuerpo, sus cabellos, su boca. Pero él, que es un hombre santo, no quiere saber nada de ella. Cuando Salomé le dice que quiere besarlo, el dice que jamás lo consentirá.. Pero ella promete con terrible risa: "Besaré tu boca".
Entonces, Salomé baila para su padrastro el rey y sabe bien qué va a pedir a cambio: la cabeza del preso, servida en una bandeja de plata. El rey no quiere hacerlo, porque Jokanaán es un profeta y trae mala suerte matar a un profeta. Pero finalmente accede. Cuando ve que Salomé besa la boca de aquella cabeza decapitada, ordena que la maten a ella también.
Más información:
- Alcolea, Ana (2018), El maravilloso mundo de la ópera. Ilustr.: Óscar T. Pérez. Madrid: Anaya.
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